sábado, 30 de diciembre de 2006

LAURA

Hoy se ha ido, nos ha dejado. Me pongo a escribir y no se muy bien que contaros de ella. Cuando me he enterado que estaba muy mal he llorado. Luego los acontecimientos han ido pasando tan deprisa y se han acumulado tantas tareas que hacer, que eso juntado con la rapidez con la que hemos tenido que asumir su ausencia hace que aun no tenga claras las ideas. Aun así intentaré recordar alguna cosa de ella.

Muchas veces su mano agarraba fuertemente mi brazo, tirando de él para que la escuchara, para que todos la escucháramos. Suponía que el hecho de tirar y apretar mi bracito, haría que todos callasen para oírla.

Era pícara, mucho. Le gustaba soltar alguna que otra brujería y guiñar un ojo. Lo dejaba cerrado, sonriendo de lado a lado, y mirando con cara de niña mala que acababa de hacer alguna de sus travesuras.

La costrada. Le gustaba la costrada. Pero no cualquiera, no, la Soriana. Recuerdo ese día en el que su hijo se empeño en decirle que cualquiera de los tipos de tarta que traía aquel “festival de tartas” era costrada. Y ella empeñada en que no, que no la engañábamos, que aquello no era costrada. Para terminar diciendo que sería costrada, pero no era la de Soria.

La última vez que la vi, me dio un enorme abrazo, con fuera. Junto con uno de esos besos de abuela protestota, que te agarra con fuerza, casi haciéndote daño y no deja que te escapes. Pero toda esa fuerza salía de la alegría que sentía. Estaba viva, tenía ganas de vivir, de vernos, de alegrarse por nosotros.

Me quería, claro que me quería, y yo a ella. Y ya las cosas no van a ser igual. Por que cada paso, cada presencia, cada ausencia hace que todo cambie.

Cada sitio que va quedando vacío en la mesa hace que las comidas cada vez sean más tristes. Y cada año las Navidades se van convirtiendo en fechas más desagradables, más incomodas, más desesperantes, desesperanzadas, añorantes… No se puede pedir felicidad por que sí, por que toca, no me da la gana de ser feliz por obligación.

Hoy no es un día feliz, hoy es un día triste, hoy se nos ha ido alguien muy querido.

Solo quería dejar aquí un pedacito de ella.

viernes, 29 de diciembre de 2006

CANSADA


Estoy cansada, sin ánimos, sin ganas. Ni de verte a ti, ni de ver a nadie. Me duele el cuerpo, me duele el alma, y mi ánimo anda por los suelos. Pero es Navidad, tienes que salir, ir, venir, hablar con la gente, rodearte de gente. No me apetece, quiero estar sola, tirarme al sofá a leer, pensar en todo lo malo que últimamente está saliendo a la luz y llorar. En soledad sin que nadie intente animarme, sin que nadie me diga un ya verás como todo se pasa. Estoy cansada de sentirme así, de que cada día me duela algo nuevo. El cuello, la cabeza, la tripa, el alma, el corazón, la mano… cada día algo. Cansada de aguantaros, y contesto mal, con mala leche mezclada con una ironía que no es la de siempre. Por que estoy cansada. Por que necesito estar sola y pasar de todo el mundo. Que a veces te cuentan algo y consiguen que todo se te venga encima, y que seas una cobarde, que metas la cabeza en el agujero, como los avestruces, pensando que si no hablas de ello no existe. Y cuando giras te encuentras de frente con la cruda realidad. Como dice un amigo “que quieres que le haga”, nada, no podemos hacer nada. Las cosas llegan se clavan en el corazón y ahí permaneces, clavadas, hundiéndose. Y tengo miedo, lo confieso, tengo miedo y quiero quedarme en casa, no quiero salir, no quiero. Pero tendré que hacerlo y mentiré, por que una cosa es que yo ande así, y otra muy distinta es hacer a los que me rodean participes de todo esto. No, cada uno que sujete su vela y yo con la mía.

Y claro, como siempre esto suena fatal, fatalista, tremendista, tremendo… y no es para tanto, que no, que ahora me lo parece y me pongo a escribir sin pensar y esto es lo que sale, pero algo cambiará, como siempre. Las cosas en este momento pueden ir a peor o a mejor, y me da en la nariz que alguna va a ir a peor. Todas a mejor no pueden ir, pero… que quieres que le haga…

lunes, 4 de diciembre de 2006

Vaya... un mal día... no me hagas mucho caso...

Dura por fuera, así me muestro. Por que en realidad, en la realidad de casi todo el mundo, nada está pasando. Y lo soy, claro que lo soy. Soy fuerte para soportar esto y mucho más. He soportado presiones peores, momentos más críticos y no se me ha notado. Me derrumbo a solas, y en cuanto me miras tengo la cara de siempre. Experta que soy en disimular. Pero aquí, necesito contarlo, por que duele, duele mucho. Pero me lo tragaré, como muchas otras cosas. Por que no soy pesada, por que si algo es de una manera por algo será, y sí, al final va a resultar que soy pesimista, pero es que estoy cansada de ilusionarme a lo tonto. De confiar, de querer, de sentir, de creer en el amor, en el enamoramiento, en la vida llena de aventuras y saltos al vacío… Cuando algo pasa, apuntas, tomas nota, repasas, subrayas y te quedas con lo importante. Te dices, uys, pues es verdad esto que he escrito aquí, esto que lo escribí casi sin enterarme, como un autómata que va tomando apuntes sin reparar en lo que a su alrededor anda pasando… pero relees, y asumes. Cuesta mucho, muchísimo asumir. Y más aun cuesta asumir sin certeza, asumir bajo arenas movedizas, que en cualquier momento te engullen o te hacen flotar de nuevo. Y cada día, cada palabra se clava, y aumenta la herida que andas intentando curar, intentando que cicatrice, pero quizá sea más honda de lo que piensas, quizá aun no haya salido todo lo que tienes dentro, y puede que no salga nunca y tengas que vivir toda la vida con ello. Con la duda, con la incertidumbre, con el dolor de la incomprensión, de la perdida, de la ausencia. Y todo eso te haga comportante de forma distinta y algún día, incluso pueda hacerte llorar. Llorar por la idiotez, por la estupidez, por el silencio. Y mientras tanto, mientras esa herida se mantenga abierta dolerá. En un dolor ciego para todos, mudo, sordo… que rebotará una y otra vez en mi cabeza, que acallaré con argumentos vacíos de mi y llenos de razón. Una razón que no soy capaz de tragarme y hacerla mía. Por que soy estúpida, lo sé, lo soy. Quizá ahí esté la cuestión. Quizá ahora si la soledad me acompañase caerían lágrimas de mis ojos, lagrimas reales. Pero ya lo dije antes. Es un dolor ciego para todos, un dolor mudo que no se puede gritar a los cuatro vientos. Un dolor que al no conocerlo nadie es fácil de alimentar. Como si toda tu piel te ardiese y no dejasen de abrazarte como muestras de cariño. Y tú, sonriendo como una estúpida… ¿ves? Al final llegamos al mismo punto, la estupidez.

Pero nada de preocuparse, que estoy bien. Que soy fuerte, muy fuerte. Que sí, que lo asumiré, lo aceptaré. No me pidas que lo entienda, pero sabré vivir con ello. Sé vivir con muchas cosas… en el fondo, tengo siempre la sensibilidad a flor de piel, pero puesto siempre el caparazón, de manera que nadie sabe lo que pasa por dentro, solo yo. Las heridas me las curo sola, soy fuerte, dura, entera… pero duele muchisimo.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

VOLVER



Necesito volver allí.

Con la mirada baja, la bufanda tapando la nariz y las manos en los bolsillos. El aire penetra la ropa hasta llegar a mi cuerpo. Por un momento pienso en poner en tensión cada músculo para conseguir algo de calor, pero levanto la mirada, el aire abofetea mi cara y me siento bien. El viento hace sonar las hojas de los árboles al golpearse unas contra las otras. Huele a tierra mojada, inspiro para llenar mis pulmones, para sentirme, a mi misma, por primera vez en mucho tiempo. El suelo está lleno de hojas que suenan al pisarlas. Mis pensamientos se paran, pero mis pies siguen adelante. Veo un montón de hojas y no puedo evitar tirarme sobre él, sin importarme nada, sin que nada perturbe ese momento. Y de nuevo me quedo quieta, el silencio, las hojas, la tierra mojada. Tus ojos, tu sonrisa. “Está loca” piensas. Tu mano está caliente ¿Cómo lo harás para tenerla siempre caliente? Seguimos el camino en silencio, remontando el río. Mi nariz debe estar roja.

Necesito volver allí, solo para sentirme.

domingo, 19 de noviembre de 2006

ESPERAR

Me senté a esperarle. Llovía. Era uno de esos días en los que agradeces estar en casa, caliente, viendo la lluvia caer por la ventana. Estaba oscuro. Aun sentía su olor en mi piel, aun recordaba sus brazos asiéndome fuertemente, el calor que desprendía. Y me senté a esperarle. Con una taza de té en la mano, medio desnuda. Me quedé mirando por la ventana. Con tanta lluvia no se veía el camino, seguramente su llegada me sorprendería. El sonido de la puerta abriéndose me haría saltar de la silla. Cerré los ojos y me imaginé como me acariciaría el pelo, como sus dedos jugarían con cada uno de mis mechones. Sus manos recorrerían mi pecho haciéndome sentir la mujer más deseada del mundo. Me levanté, me impacientaba. Descalza recorrí la habitación de un lado al otro, oyendo únicamente el crujir de la tarima. A horcajadas me tomará, y me aferraré con mis piernas a su cintura, y con mis brazos a su cuello, para besarle, una y otra vez. Para sentirle, para tocarle con cada poro de mi piel. El tiempo pasa, el té se acaba. Me desespero. Necesito su boca, sus dedos, su cuello. Necesito su sudor, y el mío. Su aliento, sus jadeos… los míos.

Miro por la ventana, sé que no va a volver. Aun así, prepararé otro té.

martes, 7 de noviembre de 2006

COLOR


Miro alrededor buscando algo… buscando algo que me sorprenda, algo que me haga despertar, que levante mi cabeza y mi mirada deje de mirar los adoquines grises. Pero mirando al suelo poco puedo ver. Me recreo en ellos, todos iguales. Andando los veo pasar, monótonos, sin color, algunos rotos, lo que los hace más desagradables aun, más hastíos, más difíciles de dejar de mirar… me quedo mirando sus aristas rotas, bajando aun más la cabeza. No veo nada, nada que me haga levantar la cabeza, nada que me haga salir de mi mundo de adoquines.

¿No ves nada más? ¿no? Pero… ¿Dónde estas mirando?

A todos lados, miro a todos lados y solo veo adoquines, nadie quiere mostrarme nada distinto, todo a mi alrededor es gris, a veces más claro, otras más oscuro, pero siempre gris.

Estas equivocado. No estas mirando adecuadamente. Pretendes que el exterior tiña tu interior, te dejas arrastrar por lo que quieres, no te das cuenta que eres tú el que tiene que poner color. Y no busques el color en aquello que piensas que seguro existe pero no ves. Busca el color dentro de ti. Mira ese adoquín y fíjate bien, por que no es igual al de al lado, por que aquel que esta roto no es peor, ni más desagradable, sino que es distinto y sus aristas igual están dibujando caminos. Cuando uno lleva tiempo con la cabeza caída, y la mirada puesta en el suelo, cuesta encontrar fuerzas para mirar hacia arriba, pero no esperes que alguien tire de tu barbilla con su mano, y te mire a los ojos. Hazlo tú, levanta tu mirada y busca el color en lo que te rodea.

Persigue la mirada fugaz que por un momento ves, atrapa esa sonrisa esquiva, atesora esos dedos que te acarician, no los dejes pasar, no bajes la mirada, juntes tus labios o apartes tu piel… déjate seducir. Y para eso, no hace falta ser seducido, hace falta querer serlo.

domingo, 5 de noviembre de 2006

TOCARTE

Necesito sentirte, sentirte cerca. Necesito que tus movimientos se dirijan hacia mí, que no me rehuyas cuando me acerque. Deja que me apoye en tu hombro, deja que te tome la mano. Acércate a mi y siénteme; pon tu mano sobre mi rodilla, coge mi mano con fuerza, roza mi brazo con tus dedos... necesito sentirte. Vamos hablando poco a poco con miedo, vergüenza, pudor, hasta el día en que nos juntemos en un abrazo, entonces tantas "palabras" invadirán nuestra mente que no querremos soltarnos nunca.

jueves, 2 de noviembre de 2006

PORNOGRAFÍA

Pornografía de sentimientos, eso me dijiste ayer, que “nos” dedicamos a la pornografía de sentimientos. Y es verdad, es cierto, las palabras engañan, pero el tiempo termina por irnos colocando. A veces hace falta mucho tiempo para colocar a algunos, sin embargo otros se posicionan enseguida.

Enseñar los sentimientos hasta donde no se debería. Hay que tener cuidado, luego enseñas la pantorrilla e igual quieres que no se la queden mirando, o te pones un escote, y te preguntas por que no te miran a los ojos… no te sorprendas si hay gente que come tu pornografía, se la traga y se llena de ella. Habrá quien la digiera y habrá a quien termine por indigestársele.

Ya me cansé de comprar pornografía, y de venderla. No me va a costar no hacerlo, me cuesta más mostrarme que ocultarme… en términos sentimentales. Por que escotes pienso seguir poniéndome, sabiendo lo que hago, por que lo hago, y para que lo hago. Pero cuando no lo lleve… igual te lo tienes que currar un poco para saber lo que hay dentro realmente.

Y los Si Pudiera te diría… esos, esos ya no me gustan. Por que quizá te diría muchas cosas… pero no, serían mentira, prefiero ver ese puntito que a veces me muestras, prefiero ver algo de interés, prefiero ver que tienes paciencia, que te llega a preocupar lo que te cuento, que me avisas si crees que se me está yendo la lengua, que me quieres invitar a un chocolate con churros, aunque sepas que a las 3 de la mañana está cerrado, que quieres hacer la aspirina conmigo, que me invitas al teatro para que me divierta un rato, que quieres ir a ese sitio de compras, que sabes que voy a reventar, que me dejas acercarme por que tengo frío, que me ofreces tus oídos para escucharme si algo me pasa, que no me hablas más del tema por que sabes que no quiero, aunque andes preocupado, que confías en mi para contarme lo que pueda estar pasando por tu cabeza… aunque muchas cosas te las calles…

Eso, eso es el día a día, sin pornografía sentimental. Un día a día duro, en el que a cada paso tienes que fijarte para no caerte, y para ver bien todo lo que te rodea, para saber por donde tienes que seguir… ver el espejismo en el suelo y sortearlo… que eso que ves, puede que no sea una playa, pueden ser arenas movedizas.

miércoles, 25 de octubre de 2006

SOBRE VIVIR EN LA ESPERANZA Y CHORRADAS DE ESE TIPO


Sí, sí señor… se puede vivir en la esperanza continua de lo que uno quiere que pase pero sabe que no va a pasar… venga! Seamos sinceros, no “sabemos” que no va a pasar, creemos que no va a pasar, intuimos que puede que no pase… pero ahí está la esperanza! Mujer valiente donde las haya, sacándonos de todos los pozos, cargándonos de alegría en el porvenir… aunque claro, valiente es, pero le meten unos meneos que no os podéis imaginar. Anda por el suelo todo el día, todo el santo día. Lo mejor para conservarla es tenerla guardada, oculta, metida en lo más profundo de tu bolsillo, ahí, junto a la pelusilla. Por que como quieras sacarla y transformarla, aunque solo sea un poquito, en realidad la cosa se desmorona.

Y es que resulta hasta poético cerrar los ojos y tirar para adelante viendo solo aquello que queremos, negando la realidad. Esa realidad que no siempre proviene de esperanzas, que muchas veces surge, viene, acontece, aparece, explota, revienta… y entonces que…¿giramos la cabeza?¿O la afrontamos? Puf! pues no es difícil ni nada afrontar ciertas cosas. Pero la realidad tiene un compañero cruel, el tiempo. Es cruel, por que hace que te comas la realidad en pequeñas dosis… con paciencia. No, él no te la pone delante de golpe, que va! Le gusta más ir poco a poco, para que tengas que ir tragándote espinas todos los días, para que la esperanza se recupere, y quiera volver a salir de tu bolsillo, para matarla de nuevo.

Pero sabes, es imposible no esperar… a mi me resulta imposible. Esto es el bucle de la vida, subes, subes, subes… ves todo desde arriba y a bajar, con calma, despacito, hasta comerte el suelo con los dientes.

lunes, 23 de octubre de 2006

Escrito sin sentido... ni te pares a leerlo... no merece la pena... yo no lo he hecho.

Alguna vez has sentido que con solo abrir la boca haces daño a todo el mundo? Te has sentido alguna vez dañina por todos lados. No sólo desmoronando toda tu vida, sino desmoronando con ella la de los demás, dañando, preocupando, inquietando… Y todo por puro egoísmo, preferiría haberme quedado callada, y de repente ZAS! Soltarlo todo, y que entonces pensaran todo lo mal que quisieran sobre mi, que ya me daría igual, que ya todo me daría igual. Pero esto, así, te va minando, te va haciendo hundirte poco a poco, te va haciendo ver, como poco a poco te vas a ir quedando sin nada. Sin todo aquello que sueñas, sin todo lo que has construido, quizá en tu cabeza, pero te ayudaba a vivir. Ahora ya, no te queda nada… nada, te quedas vacía, sin esperanzas de ningún tipo, estás, por que hay que estar, pero de lo que tienes ganas es de desaparecer, de desintegrarte para siempre, de dejar de hacer daño a todos.

Llevarlo sola es difícil, pero menos doloroso. Ya no volveré a cometer este error, nunca más, jamás volveré a contar algo así. Es más, no pienso hablar más del tema con nadie, de aquí en adelante me lo comeré yo sola, por que de nada sirve contarlo. Y además creo que seré capaz de llevarlo sola, y si no es así, será así. Y no me preguntes, nunca más me preguntes, no voy a contarte nada, no pienso abrir la boca. Me esfumaré, desapareceré, por que es justo de lo que tengo ganas, de desaparecer para todos.

Y se mantiene esa llamita, aun la veo. Esa que cada vez que la enciendo vienes a soplar encima y apagarla. Y me cuesta mucho encenderla ¿sabes? Me cuesta cada vez que tengo que encenderla, para verla al momento apagada de nuevo… pero esa maldita o bendita llama no deja de avivarse… supongo que aun no veo la realidad tal y como es, supongo que todos somos débiles y nos gusta mantener alguna esperanza, por que cuesta mucho cerrarlo todo, dar el portazo, dejarlo todo a oscuras, es muy duro. Empezar de cero… la mirada aun busca desesperadamente algún resquicio de luz, que te haga mantener la esperanza de que puedes conseguir eso que tanto ansias… pero no, que va!, alguien coge y te da otro portazo. Ya no te queda nada…

Y llegado este punto… ¿que puede consolarte? ¿Existe algo que pueda consolarte? El tiempo lo cura todo, y una mierda, el tiempo no cura nada, el tiempo que pasa lo vives con todo a tus espaldas, ni una de las heridas que tengo hechas se ha curado. Que sonría cuando me escuecen no quiere decir que estén curadas, duelen, siguen doliendo y lo seguirán haciendo. Para siempre.

No preguntes, ni se te ocurra, a ver si te vas a llevar una mala contestación. Ahora mejor que nunca viene al pelo:

“Entrad, leed y olvidad, no merece la pena recordar nada de lo escrito”

lunes, 16 de octubre de 2006

NEGRO

Creo que nunca me había visto tan perdida como ahora. Tan perdida y tan poco preocupada por casi todo lo que me rodea. Con ganas de desaparecer, de esfumarme de romper con todo, de no tener que aguantar a nada ni a nadie. No tener que rodearme de gente que me hace daño, no tener que escuchar lo que escucho, de sonreír cuando no tengo ganas, de mentir a todo el mundo. Me estoy engañando y estoy engañando a todos. Ya no encuentro refugio ni en mi misma, huyo hasta de mi misma. Antes todo se volvía negro, pero era por un momento, lo sabía, tenía la certeza de que pronto volvería el color. De repente todo volvía a su ser, y la vida tenía sentido. Ahora, cada vez todo tiene menos sentido, cada vez las cosas están más liadas, cada vez todo se va volviendo más negro y encuentro menos cosas por las que seguir adelante. ¿Y puede ser posible que nadie se de cuenta de esto? Joder! Lo debo estar haciendo de puta madre.

domingo, 15 de octubre de 2006

CORRER




Cada vez me gusta más conducir. Y lo que me gusta de conducir es la sensación de control, de poder, de correr. El riesgo que se corre, el girar rápidamente, el hacer un pase al de al lado y dejarle atrás. Ver el carril vació y lanzarme a él, para pasarlos a todos, para dejarlos tirados. Meter primera, cambiar rápidamente a segunda y de ahí a tercera para poder pisar a tope y sentir la velocidad. Lástima que siempre tengas que mirar la velocidad y reducir. Antes me costaba cambiar de carril, ahora, en cuanto veo el más mínimo hueco meto el morro. Y si me gano una pitada me da igual.

En función de cómo me sienta, me gusta conducir por una nacional al atardecer tranquilamente, velozmente pero con tranquilidad. O meterme en una autovía, con algo de tráfico, pero no mucho, lo justo para andar jugando de carril a carril, para adelantar a alguien y que ese alguien te adelante, para volver a adelantarle tú, por que va un pelín más despacio que tú. O meterte en Madrid, en medio de todo el tráfico, y sentirte ágil, cambiando de carril, saltándote discos en rojo, girando donde no se puede, haciéndole la pirula al de al lado.

Pero cada vez me gusta más conducir, y cada vez soy menos consciente de lo que hago cuando conduzco.

lunes, 9 de octubre de 2006

LA OSCURIDAD

Desnuda sobre la cama se siente protegida por la oscuridad. Se siente solo curvas, una silueta que las luces y las sombras dibujan. Está segura de mirar. Y mira en silencio, arropada por los sonidos de la sábana al moverse. Cualquier gesto habla. Cada mínimo movimiento se hace enorme en el silencio, y provoca una reacción. Cada respiración te cuenta los latidos del corazón. La calma, la quietud, llenan de tranquilidad la habitación. Se gira. Se para. La tranquilidad se va esfumando, para dejar paso al deseo. Un deseo ardiente pero tranquilo. Movimientos lentos en la noche, cuéntamelo, pero despacio, que quiero pensarlo, quiero escucharlo, quiero oír cada crujido de la sábana, sentir en mi piel tu corazón que me habla con tus besos. Cuéntamelo. Háblame en la oscuridad y mírame en el silencio.

viernes, 6 de octubre de 2006

ASUSTANDO

A veces hay gente que te sorprende, gratamente claro. Oye! Que pones un “mierda” en un mensaje y resulta que sirve de algo, que la gente se preocupa. Pero al preocuparse ellos y al intentar contar tú, sin contar, por que así andamos en un “siesnoes”, pues te das cuenta del donde andas metida. Un pequeño agobio, una mala racha, “ya verás como pasa”. Que se agradece eh! No te voy a decir lo contrario, pero es que no es eso, y lo que es es mío. Que están, ya, ahora están, pero sé que no estarán, que se esfumarán. Aun así, es grato saber que andan asustados.

jueves, 5 de octubre de 2006

QUIEN

¿Quien sostiene la vida? ¿Quién sostiene mi vida? ¿Quién mueve los hilos? ¿Quién consigue mantenerme en pie? ¿Quién conoce todos los hilos que sostengo? ¿Quién tiene poder para cortarlos? ¿Quién los amarrará conmigo? ¿Quién dará sentido a mis anhelos? ¿Quién me ayudará a no caer? ¿Cuándo me sentiré incapaz de tirar de ellos, y se irán soltando, cayendo y yo con ellos? ¿Quién me querrá siempre, a pesar de todo? ¿Quién estará siempre conmigo? ¿Quién no me abandonará? ¿En quien terminarán clavados todos estos puñales que voy guardando? ¿Quién se da realmente cuenta de lo que me pasa? ¿Quién es capaz de leer en mis ojos? ¿En quien puedo confiar? ¿A quien puedo gritar? ¿Con quien puedo llorar hasta reventar? ¿Quién tiene la solución? ¿Cuánto tiempo así? ¿Quién lo romperá todo? ¿Quién vendrá a decirme “que tal va todo” sabiendo lo que pregunta? ¿Quién conseguirá encaminar esto? ¿Cuánto peso seré capaz de soportar? ¿Cuánta mentira? ¿Cuánta hipocresía? ¿Cuánta duda?

lunes, 2 de octubre de 2006

FUTURA COSTUMBRE

Es una mala costumbre. Bueno, aun no se ha convertido en una costumbre, pero como todos los vicios, gusta, y cada vez se está convirtiendo en algo más normal, algo más habitual, algo que apetece. La cabeza a punto de estallar, ganas de no pensar en nada, y a darle. Total, para estar tirada sin hacer nada. Y por que se ha acabado, por que no quedaba más, sino hubiera seguido.

Y seguiré, no tengo ganas de pensar. Resulta duro bajar y subir constantemente, en minutos, en segundos. Resulta difícil cambiar el gesto, aparentar, hacer como que… con lo bien que se está sola, sin nadie, sin tener que dar explicaciones, sin preocuparte por si hay que ir al dentista, por si ha llegado la propaganda de la revista, por si los vecinos quieres cambiar los radiadores, o por que cojones hay que hacer de cena.

No estoy para eso. Lo terrenal me cansa, me aburre, me aburre muchísimo. Bajar de nuevo y poner los pies en la tierra y ver todo lo que me rodea, no quiero, prefiero seguir embriagada, borracha… haciendo locuras absurdas, sintiéndome idiota, sintiéndome ajena a lo que tengo. Realmente me siento ajena a todo, queriendo aclarar algo, cuando la verdad es que soy un desastre para conseguir tener nada claro.

Quiero derrumbarme llorar, gritar, patalear, salir de aquí, para… ¿para que? Pues no lo sé, no tengo ni idea, ni la menor idea… no sé nada, ahora mismo no sé nada, por eso, justamente por eso, me voy a ir a la nevera a por una cerveza.

viernes, 29 de septiembre de 2006

LLORAR

Llevo tiempo sin hacerlo, sin desahogarme. Y no se necesita un motivo para hacerlo, no quiero tener un motivo, lo que quiero es juntarlos todos, todo aquello que solo igual no se considere suficiente, pero por lo que te gustaría haber derramado unas lagrimitas. Muchas veces únicamente para demostrarte a ti misma que también eres blandita, que no eres una piedra dura, realista, que sabe que eso no merece la pena, que no es causa suficiente para ni siquiera humedecer los ojos. Pero por que no hacerlo? Que más da, el caso es desahogarse, pegarse la llantina, que se hinchen los ojos, que no pares de usar pañuelitos de papel, y que en esos momentos consigas no pensar en nada, solo en el llanto, en querer soltarlo todo, en quedarte vacía de todo aquello que pudiera suponer una espinita, que duele pero no mata.

Y me hubiera gustado hacerlo el otro día. Lo necesitaba, muchísimo, puf! Habría sido genial, romper a llorar, soltarlo todo, refugiarme en tu abrazo, tus dedos limpiando mis lágrimas, tus labios besando los míos… y todo ello, me habría hecho vaciarme de lo innecesario, y llenarme de nuevo de seguridad, de la seguridad y la tranquilidad que tú me das.

Pero llevo tiempo sin hacerlo. A veces pienso que se me ha olvidado como se hace. Otras veces, que igual no es que no sepa hacerlo, igual no es eso, puede ser que me esté volviendo menos sensible. O puede ser que ande cargando motores, para estallar en cualquier momento.

Quizá los motivos ya no eran suficientes. Quizá cuando has llorado por algo, algo que realmente te saca el llanto, tu llanto se vuelve exigente, y ya no quiere salir para ver pasar charangas, quiere la gran orquesta.

Yo no quiero la gran orquesta, solo un poquito de “tontería” de esa que te hace llorar, de esa que te hace llorar y sonreír a la vez, por que sabes que son lagrimas de liberación.

Yo quiero lágrimas de esas, pero por más que las busco, no las encuetro.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

¿CÓMO SIENTO?

Una de dos, o soy rara o el resto del mundo oculta lo que yo vivo. Que no soy sencilla lo sé, que es difícil entenderme también. Yo no me entiendo, y vuelvo siempre al mismo punto, sentimientos contra razón. Últimamente ando liada, perdida, me siento inmersa en un laberinto, con miles de caminos a elegir, y todos ellos con algún inconveniente, y todos pueden que al final me lleven al mismo lugar, dando más o menos vueltas. O puede que no, que me lleven a puntos distintos, donde de nuevo no sabré que hacer. Algunos tienen el suelo lleno de espinas, otros están embarrados, otros son demasiado estrechos, otros oscuros… todos tienen algo, y tengo que elegir.

¿Descoloco? ¿Rallo? ¿Se me va la olla? ¿Tan difícil es entenderme? Que suerte aquellos que tienen las ideas claras, que son fieles a sus convicciones… pero estoy segura que algo habrá que les empuje a salirse, a tirarse por una vez. Y no lo hacen, ¿Por qué? No lo sé. Podría decir que es conformismo, pero la verdad es que no lo sé.

No tengo claro como siento, no sé por que a veces siento las cosas de una determinada manera, no entiendo por que esa manera de sentir es censurable por casi todo el mundo. No entiendo por que tenemos que ajustarnos a un patrón, por que sentir, querer, tocar de cierta manera hace que se den por hecho cosas que no son. No sé por que tengo que ocultarme, por que tengo que mentir, por que se me enjuicia a escondidas, sin saber que se está haciendo, se hace.

Por que debo de asumir que así no es como tengo que sentir, que esa no es la forma adecuada y que si plasmas en palabras algo, una tontería, lleva a confusiones a sentirse mal, a dar por hecho algo. Y sin embargo hay sentimientos que por mucho que queden escritos es imposible que sean tuyos.

La forma de vida moral me ha vuelto a dar un golpe, me ha vuelto a hundir en la duda, en el no saber que hago. Me siento mal conmigo misma, siento miedo, me siento mala persona, despreciable, y solo por sentir, solo por que mis sentimientos no son convencionales. Por que deseo abrazar a quien se supone que no debo, por que quiero un café con ese alguien, que por ser del sexo contrario no debería tomarme con él. Por que ando inmersa en sentimientos cruzados, ando perdida en un mar de cuerdas que cada vez se lían más y que igual llega un momento que voy a tener que cortar.

A veces creo que si todos los sentimientos que se agolpan se esfumaran, mi vida se quedaría vacía, otras veces pienso que conseguiría cierta paz interior y exterior, y que sería más feliz. Si fuera fácil realizar todo esto, si pudiera hablar de las cosas con la naturalidad que lo hace el resto del mundo, y no sentirme extraña sonriendo ante conversaciones normales… perdiéndose mis pensamientos en lo que siento y no puedo contar.

¿Cómo siento? No lo sé. ¿Qué siento? No lo sé. Estoy demasiado asustada para saberlo.

martes, 12 de septiembre de 2006

Ilusionarse

Ilusionarse, ¿de verdad merece la pena hacerlo? Hoy andaba yo en ello, pero hay algo que me ha hecho bajar a tierra, como un mazazo a llegado para decirme: “no seas tonta, ya sabes lo que pasa siempre, lo que deseas con tantas ganas siempre se va a la mierda”. Pero es difícil bajar, apartar de tu mente todos esos pensamientos, todas esas situaciones que inevitablemente vas imaginando, deseando que sucedan, o aun mejor, deseando que no sucedan esas, sino otras, y que te sorprendan, de repente! Que pase todo aquello que no esperas… ves! Ya ando otra vez subida a la nube… supongo que la cosa es así, habrá que pasarlo mal para poder tener un rayito de felicidad.

lunes, 4 de septiembre de 2006

LO HABRÍA HECHO...

Habría hecho el amor contigo. Me hubiera rendido a tus encantos, me hubiera dejado llevar, a pesar de que fuese una locura, lo habría hecho. Te deseaba tanto, tenía tantas ganas de probarte. Me habría abrazado a ti para siempre, enlazando mi cuerpo al tuyo, sintiendo tu piel, tus dedos acariciándome, mi boca devorándote. Y habría descansado tranquila a tu lado, desnuda, sin preocupaciones. Lo habría hecho…

viernes, 1 de septiembre de 2006

SOLEDAD


No le siento. Está a mi lado, sentado conmigo, casi rozándome y sin embargo me siento tan lejos. Me parece estar sentada en una austera silla de madera, en una esquina de una gran habitación blanca, y le veo a él al otro lado, en su sillón de cuero, sus ojos ciegos en la tele. Como puedes estar tan cerca de alguien y sentirle a la vez tan lejano. La cama resulta amplia, casi no le encuentro por las noches, y si te digo la verdad no tengo ganas de que me roce. El silencio cada vez se hace más abismal. Las palabras que un día nos juntaron hoy han llegado a separarnos, para finalmente dejarnos mudos. Es increíble como se puede llegar a vivir tu vida al lado de alguien extraño, alguien ausente. Asumes roles y obligaciones hacia alguien indiferente para ti. No lo odias, ya no puedes, has pasado del cariño, al amor, al deseo, la pasión, y todo eso ha terminado por desembocar en el odio, palabras altas, gritos, que poco a poco han llegado al desencanto, al abandono, a rendirse, a no querer luchar más, por que poco a poco todo aquello por lo que creías luchar se ha ido esfumando. Ya no queda nada, nada por lo que amarle, nada por lo que odiarle.

martes, 22 de agosto de 2006

OFERTA


"Oferto mis labios. Necesitan ofrecerse. Anhelan carne, carne cálida y suave, que los haga abrirse, cerrarse, juntarse para depositar su sabor. Quieren soñar buscando algo a lo que acercarse, quieren mirarte, dibujar tus curvas, memorizar tus comisuras, imaginar como te acercas a ellos, para poder abrirse esperando aquello que tanto anhelan. Juntos comenzar un conocimiento a través del tacto, saber que tienes, a que sabes, a que hueles. Quieren quedarse mojados, esperando a que vuelvas. Mis labios andan buscando, mis ojos les ayudan, mi mente se desespera, son ellos los que mandan. Te necesito, necesito que vengas y sacies este hambre, necesito deshacerme en tus labios. Necesito besarte."

lunes, 21 de agosto de 2006

A TOMAR VIENTO!

Bien, por decir algo. Me desesperas. Me desesperas tanto que se pierden las esperanzas de servir para algo, y es entonces cuando me quedo quieta. Total, para lo que sirvo, total, para las veces que recurre a mi. Y aun así, si recurriera más veces seguramente no serviría de nada. Tantas veces he tenido que repetir últimamente lo mismo, que ya estoy cansada. Cansada como para tener que volver a decirlo sabiendo que las orejas que me van a escuchar me van a hacer el mismo caso que las otras. Y ya cansa, a ver si nos creemos que somos los únicos con problemas. Que la ironía con la que me tomo muchas veces la vida me la he currado, que para encontrar motivos por los que estar mal me basto solita. Y sí, lo que me pasa es que soy idiota. Aplico demasiado la típica frase de “si tú estás bien, yo estoy bien” y no pienso en mi. Pienso demasiado en los demás. Y me da igual lo que se lea o se interprete de este texto, por que estoy muy cabreada, me da igual lo que me digáis después de leerlo. Si a alguien se molesta, también me da igual, estoy cansada de tener que aguantar lamentaciones de todo el mundo y yo no poder lamentarme. Y no es que quiera hacerlo, pero no será por motivos para hacerlo. Mierda de sensibilidad! Que asquito, tan fácilmente accesible, y dañable. Irremediable defecto, lo sé. Pero siempre existe la posibilidad de esconderlo, que parece que si no se ve no existe. Sí, eso ya lo aplique y me dolía más, pero a mi sola, y como parece que yo soy la única que puedo asumir mis males, me los comeré. Ningún problema. Y que todo sea por que te quiero. Ojalá no lo hiciese, pero no puedo dejar de hacerlo, no lo controlo. Pero me revienta la impotencia a la que me mandas, me cabrea enormemente que me dejes a un lado. Y no por el hecho de que me dejes a un lado, de que no quieras hablar conmigo, o llamarme o escribirme o lo que sea. Ya dije que nada de pedirse nada, cada cual lo que quiera. Me cabrea por que estás mal, si así estuvieras bien, genial, pero no puedo aguantar la sensación de que quizá podría hacer algo y no me dejas… es decir, que te mandaría a la mierda, sí, sí, a la mierda!

Ves como tienes razón, ves como es así, los demás. Siempre ellos, y por que cojones no puedo yo gritar y mandaros lejos? A ver si alguno vuelve a mi? A ver si a alguno de vosotros os importo lo suficiente como para de repente dar una mala contestación, hacer un mal gesto, y esperar que lo que tenemos valga lo suficiente como para que me mandes un “oye”. No me arriesgo, soy cobarde, pero también me he cansado de serlo, de ser siempre la que está para todo, la que no se enfada, la que lucha por algo que parece que solo me merece la pena a mi. Así que se terminó. Ahora soy yo la que está cabreada, y justo por eso escribo esto. Mañana, como somos tan circunstanciales verdad Horus?, pues ya no estaré enfadada, lamentaré haberte mandado la dirección, lamentaré hacer escrito esto, y lamentaré muchas cosas. Pero hoy, justamente hoy me voy a dejar guiar por lo que me apetece hacer, y si la fastidio, pues la fastidio.

Y aun así, como soy gilipollas, te digo lo de siempre. Que sabes donde estoy para lo que quieras, y que por muchos malos ratos que me lleve, hay algo que sabes que no va a cambiar, y es todo lo que te quiero.

miércoles, 9 de agosto de 2006

MÁS

Estar a su lado me hace mala. No me comporto igual con él que con el resto de la gente, por que pienso que se aprovecha de mi. Dice que me quiere, pero su forma de querer es engañosa, cree que quererme es que yo haga lo que él piensa que debo hacer, cree que un beso dado sin ganas vale lo mismo que uno espontáneo. Y siempre sus cosas son más importantes que las mías. Siempre todos tienen que estar mirándole el ombligo. Me hace pensar mal, me hace estar a la defensiva y así no soy feliz. No quiero estar con alguien pensando constantemente si intentará aprovecharse de mi, si se sentará a esperar que yo lo haga todo pensando que si lo hago es por gusto, por que es lo que quiero hacer, sin pararse a pensar que igual son cosas que hay que hacer, y que al igual que a él le gusta verlas hechas a mi también me gusta. Y que quizá me gustaría dejar de hacer muchas cosas sola. No me gusta estar esperando a que todo cambie, no quiero vivir aferrada únicamente a promesas, a palabras vacías. No me he montado en esta barco para llevarlo sola y con lastre, para llevarlo así prefiero tirar el lastre. “Todo cambiará”, cada vez me lo creo menos. La misma independencia que yo tengo para todas mis cosas, necesito que él la tenga para las suyas, por que sino me siento atada constantemente, y lo que es peor, me siento utilizada. Por que si yo soy capaz de hacer las cosas sola él lo es más, él siempre suele ser más en todo. Y ya es difícil de cambiar todo esto, cuando ves más allá en todos sus actos, es muy difícil llegar a borrar ese nubarrón que aparece constantemente. A veces pienso que es tonto, no es posible que no se dé cuenta de muchas de las cosas que hace. Pero un tonto listo, que para engañar es el mejor, cuando quiere, por que otras veces no vendrían mal algunas mentiras piadosas que no es capaz de decir, y me sueltas las verdades que duelen. No sé como salir de esta, seguramente en unos días todo volverá a la normalidad, y veré cosas que ahora soy incapaz de ver.

martes, 8 de agosto de 2006

QUIERO ESCAPAR!


¿De donde vienen estas ganas de huir? ¿Por qué tengo esta necesidad de salir huyendo? Quiero escapar de todo lo que me rodea, de todo lo que está conmigo siempre. Porque sé que nunca podré quitármelo de encima, y me asusta. Tengo miedos contradictorios. Miedo a seguir así y miedo a perderlo todo. Y las cosas que quiero retener son justo las que no puedo conseguir que se queden conmigo. Y las ganas que tengo de estar, de acariciar, de sentir son las que me trago. A veces por que no puedo hacer otra cosa, y a veces por temor a hacer algo de lo que me pueda arrepentir. ¿Dónde quedó ese valor que antes parecía tener? ¿Qué pasa ahora, que ni puedo evadirme de lo que me rodea, ni tengo el valor suficiente para inyectarme adrenalina? El aburrimiento asoma constantemente, la monotonía, el “todos los días igual”, el mirar hacia delante y no ver nada, solo lo de siempre, solo a los de siempre. Y como saber donde tengo que mirar si no sé que quiero encontrar, no sé que estoy buscando, no sé donde escarbar. Leo palabras y me parecen vacías, no lo encuentro, ya no encuentro lo que antes veía. Y a veces leo y no quiero leer eso, no quiero, me resulta molesto, y lo peor es que sé que no debería ser así, pero lo es. Hoy es un día en el que todo será molesto. Hasta yo misma me molesto.

(pensamientos sin orden ni concierto, los ordenaré, a ver que sale)

miércoles, 26 de julio de 2006

SOLO



Solo quiero que me digas que YO soy más que ella. Que para ti supongo más que ella. Que he calado en ti más que ella. Solo quiero escuchar de tus labios que no estas jugando conmigo, que ella era el juego. Que todo lo que me dijiste era verdad, y que solo me lo has dicho a MI, que ella no ha oído esas palabras salir de tu boca. Que nunca a ella la has mirado como me miras a mi. Que sus caricias no te hacían estremecerte tanto como las mías. Solo quiero saber que mis besos eran mejores que los suyos. Que su voz al teléfono no provocaba esas ganas de verla y abrazarla que me decía que la mía provocaba. Solo quiero que me vuelvas a abrazar y vuelvas a acariciar mi cuello mientras tus labios me dicen “te quiero mi niña, más que a nadie en el mundo”, sabiendo que esas palabras son mías, que ella no las ha oído tan cerca. Solo quiero saber que ella no te excita como yo lo hago. Tan solo quiero oírtelo decir, mirándome a la cara, con la mirada alta, fija en mis ojos, para así saber que me quieres lo suficiente como para mentirme por hacerme feliz.

martes, 18 de julio de 2006

MIERDA!

Mierda! Mierdaaaaaaaaaaaaaaaa! Si ya me lo dijo, ella me lo dijo. Me avisó, y tenía razón, más experiencia, más vida detrás. Pero yo como soy idiota, no la hago caso. Desaparecer es la única opción, borrarlo todo, desconectar, esfumarme… los recuerdos siempre son bonitos, no? Y que mejor que quedarse con un buen recuerdo. Total para que sirve pasarlo mal? Mejor será pasarlo muy mal un tiempo, para después con la cabeza fría recordar, que seguir pasándolo mal por un tiempo que vete tú a saber lo largo que puede ser. Te tapas los ojos a ese precipicio al que te gustaría saltar y a seguir la sendita recta, bien trazada, sin salirse de ella, la vida tendrá que ser así. O al menos así se supone que hay que vivirla, y así se supone que debo vivirla, eso esperan todos de mi. Modosita que parezco. Tendré que cargar con eso. Y para seguir esa línea, como a los caballos, unos buenos chirimbolos que tapen la visión de lo que hay a izquierda y derecha. Y a veces me centro eh! Consigo ir por mi senda sin despistarme, incluso ver lo que hay al fondo. Pero siempre aparece, me tendré que agachar para no verlo, esconderme, y que pase a mi lado sin enterarme, sin girar la cabeza. Mierda! Me está tirando del brazo! Y no puedo soltarme! Mierdaaaaaaaaaaaaaaa! Otra vez lo mismo, otra vez tira de mí y hace que me salga de la senda… Por que no caminará a mi lado? Así puede que las cosas fueran más sencillas. No, se dedica a aparecer de vez en cuando, para darme un empujón y sacarme de mi línea recta. Si fuera a mi lado, sería más fácil. Esta vida… mira que elegir como vivirla tan pronto, y no untar en otras salsas. Antes o después hay que pasar por ciertas cosas, las cosas terminan por vivirse, por que a todos nos inquieta… pero yo voy a ver si me escondo.

domingo, 16 de julio de 2006

SE ACABÓ

Ya me cansé, definitivamente ya estoy cansada de todo esto. No sé si merece la pena, incuso si no hago mal en continuar con esto. ¿Me aporta algo? En comparación con lo que me quita, no me merece la pena. Ya no le veo sentido, solo veo absurdas líneas escritas, solo busco reconocimiento, y ese reconocimiento es engañoso. Siempre lo ha sido, levantar los pies del suelo no es bueno. Agradable sí lo es, pero siempre hay que bajar de nuevo, y ya estoy harta. Ya no quiero subir más ni bajar más. Vienen unos días de desconexión, y es lo que voy a hacer. Y también por él, por que creo que lo que nos vendría bien es una desconexión total, aunque por dentro esté pensando todo lo contrario, y lo estoy haciendo, pero no quiero hacerle daño ni hacérmelo a mi. Así que se acabó, pero esta vez de verdad. Seguiremos con la vida, esperando volver a sentir una experiencia así, pero no buscando en donde ya no hay algún ascua aun caliente. Ya no estoy cómoda, ya terminé. Sentarse y esperar, aburrida, con la cabeza gacha, que igual si la levanto me siguen dando leches.

miércoles, 5 de julio de 2006

ACORDARME DE TI

Me resulta imposible no acordarme de ti. La gente viene y va de nuestras vidas, entran y salen, las dejamos entrar, se nos escapan, las echamos… pero dejan una huella. Sería imposible que al pensar en muchas cosas no te vinieras a mi mente. Al oír esa canción, al leer ese nombre, al estar en ese lugar. ¿Pasarán los sentimientos actuales a recuerdos? No lo harán, simplemente los hibernaremos, quedarán olvidados, hasta que algo te vuelva a traer a mi cabeza, para de nuevo sentir como el estómago me golpea y el corazón comienza a latir fuertemente. Y seré feliz de poder tener esas sensaciones, de saber que aun hay algo que me hace estar viva, de saber que la magia aun sigue ahí, que no se ha perdido. Que puedo salir de la monotonía, de la rutina, de que aun hay algo en mi que intenta desmoronarlo todo, que intenta tirarme al vació y hacerme sentir esa caída tan deseada a veces. Para tocar el suelo de golpe, como un mazazo que me haga darme cuenta de donde estoy, de lo que he hecho, y ver si soy capaz de, después de estar en el suelo, dolorida, sin fuerzas para levantarme de nuevo y subir, sacar el valor suficiente como para levantar la cara, abrir los ojos y mirar con firmeza todo lo que me rodea. Asumir esa caída, aceptarla, incluso llegar a sentirme feliz de haber saltado por una vez, sola, yo sola. Y todo esto, se me pasa por la cabeza cuando tú te paseas por ella.

lunes, 12 de junio de 2006

ME GUSTA CUANDO ME LLAMAS:



Niña

Mi niña

Paula

Pau

Preciosaaaaaaaaaaa

Pequeña

Preciosa

Pauleta

Niña mía

Doña chumé

Piecitos

P

Paupaupau

Guapísima

Canija

Bichejo

Doña alegrías

Piltrafilla

Ratona

domingo, 11 de junio de 2006

ESTAR SOLA

"Acompáñame a estar sola
A purgarme los fantasmas
A meternos en la cama sin tocarnos
Acompáñame al misterio
De no hacernos compañía
A dormir sin pretender que pase nada
Acompáñame a estar sola
Acompáñame al silencio
De charlar sin las palabras
A saber que estás ahí y yo a tu lado
Acompáñame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto
Tú en tu sitio yo en el mío
Como un ángel de la guarda
Acompáñame a estar sola
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar sola
Acompáñame a estar sola
Para calibrar mis miedos
Para envenenar de a poco mis recuerdos
Para quererme un poquito
Y así quererte como quiero
Para desintoxicarme del pasado
Acompáñame a estar sola
Y si se apagan las luces
Y si se enciende el infierno
Y si me siento perdida
Se que tú estarás conmigo
Con un beso de rescate
Acompáñame a estar sola"



Autor: Ricardo Arjona





MI CAJITA DE SUEÑOS

Mi cajita de sueños. A veces permanece cerrada durante mucho tiempo. La vida va transcurriendo, sabiendo que ahí está ella, que está cerrada, y que todo lo que tengo en ella estará cuando la abra. Mientras, vivo la vida, la de todos los días, el ir y venir, la gente de siempre, esa que ya ha subido a otro nivel, no está en los sueños, por que su realidad es tan tangible, que casi, justo por eso, la infravaloro. Otras veces abro la caja, y ahí están mis sueños. Me gusta poder abrirla yo sola, pero me gusta más abrirla con alguien. Abrirla sola está bien, son sueños propios, son ilusiones que vas materializando, poco a poco, y que dependen de ti. Pero… necesitar de alguien para abrirla, es genial.

Mierda! Mierda de cajitas, mierda de sueños. No todo es tan bonito, no es tan bonito tener que depender de alguien para tener un sueño. Es una mierda estar esperando, andar suponiendo, andar esperando que los demás sientan como tú, o lo que es peor aun, esperar que no sientan lo mismo que tú.

Sueños, si así los llamo por algo será, seguramente por que no tengo la esperanza de que lleguen a ocurrir. Soñar despierta, eso se me da bien. Pero a veces esos sueños llegan a ser tan deseados, que me agobio. Me agobio por que perdí la oportunidad de hacerlos reales en algún momento, y por que es posible que ya nunca más se me presente esa oportunidad.

Cuando la caja está cerrada, y todo anda más o menos tranquilo, me intranquilizo. Necesito de ti, necesito que me ayudes a abrir la caja, y juntos, aunque sea por un momento, soñemos. Los dos en el mismo sueño, por que para que ese sueño me alimente necesito que tú, que tú real, estés conmigo.

Alimentar la esperanza de lo que nunca sucederá, y seguir guardando en mi caja ese sueño.

lunes, 5 de junio de 2006

MATAME

Mátame los sentimientos. Por favor, mátalos. No quiero estar así, tú, que los has hecho revivir, tú, que los has creado, mátalos. Pero no así, así duele. Hazlo con calma, gradualmente, déjame que te olvide, permíteme odiarte, haz que no te necesite tanto como lo hago, haz que no me desespere cada vez que pienso en abrazarte, haz que no me arrepienta de no haberte besado. Ve destruyendo ilusiones, lucecitas que brillaban, que me hacían vivir, sentirme viva. Apágalas poco a poco, no así. Así duele. Desespera la sensación de querer olvidarte, de saber que no te comprotas bien, saber que cualquiera que me hiciera esto estaría fuera de mi interés, pero tú no. Tú no por que te has metido demasiado adentro, te he metido. Y ya, no sé como sacarte, no puedo hacerlo sola, necesito tu ayuda. Quiero que me hagas daño, desilusióname, hazme escuchar de tu boca lo que a veces pasa por mi mente, para poder retenerlo, para afianzarlo, para que cuando busque motivos los encuentre, y no sólo suposiciones. Pero no lo hagas así. No es justo. Mátame, pero hazlo con calma.

viernes, 2 de junio de 2006

EL BAÑO

Se sentía cansada. Sus músculos y sus huesos pedían un descanso. Pero sobre todo era su mente la que necesitaba desconectar. Abrió el grifo del agua caliente, y la dejó correr. La bañera casi estaba llena. Cogió una goma para sujetarse el pelo, se quitó el vaquero, la camiseta y la ropa interior, e introdujo un pie en el agua. Estaba muy caliente, pero no le importaba, eso haría que sus músculos se relajaran. Poco a poco fue sumergiendo su cuerpo en el agua. El grifo seguía abierto y el agua cayendo hacía mucho ruido. Levantó la pierna para cerrarlo con el pie. Se hizo el silencio, solo el agua moviéndose mientras volvía a introducir la pierna en el agua lo rompía. Dedicó unos minutos, con los ojos cerrados, a disfrutar de la sensación de estar rodeada de esa lámina de agua, como si fuera una protección frente a todas las preocupaciones. Era un momento de calma, el mundo se para, solo disfrutar de la desnudez acariciada por el agua. Se secó las manos y cogió un libro. Mientras leía, jugaba a mover sus piernas. Un ligero movimiento creaba olas, ondas, que hacían que su pecho surgiera, sintiendo el frío al estar fuera del agua, para posteriormente verse cubierto por el agua, que juguetonamente se volvía a ir, dejándolo de nuevo al descubierto. Tiró de la goma que sujetaba su pelo, y lo dejó caer sobre sus hombros. Inclinando la cabeza hacia atrás lo sumergió todo en el agua. Permaneció así unos segundos, mirando el techo, sintiendo el peso del pelo mojado al levantar un poco la cabeza. Cerró los ojos e introdujo la cabeza entera en el agua. El agua empezaba a estar fría. Quitó el tapón, se levantó, abrió la ducha y dejó caer el agua fría sobre su cuerpo. Su piel se estremeció al notar el agua. Helada salió buscando su albornoz, con el que se tapó intentando entrar de nuevo en calor. Se puso el camisón sin preocuparse de que su pelo chorreaba agua, se sirvió un café y se sentó delante del ordenador a escribir.

sábado, 27 de mayo de 2006

ERES TÚ

Eres tú. Eres tú el que no se me va de la mente. Eres tú el que me provoca esas ganas de sacarte de mi cabeza, para tenerte frente a mi. Eres tú el que me deja sin aire, el que me presiona el pecho tanto que siento que no voy a poder respirar si no te tengo cerca. Eres tú por el que sería capaz de desaparecer si eso te sirviera. Eres tú por el cual no tengo miedo, si me arriesgo y caigo, quiero caer sola, y no tengo miedo a hacerlo. Eres tú quien no debe sufrir, quien pone las reglas, por que no soy quien para pedir nada, por que sería despreciable por mi parte pedir nada. Es por ti, por lo que a veces no sé como actuar, por quien me muerdo la lengua, sin saber si hago bien. Tú eres el que, en los días malos, no te vas de mi mente, y el saber lo que hay, o lo que en algún momento hubo me hace sentirme viva. Eres tú el que me provoca esta sensación de querer amarrarlo todo, de querer saber con tanta claridad como yo sé que siempre estaré, que siempre estarás.

martes, 23 de mayo de 2006

SUS DEDOS

Me hubiera gustado cogerle la mano. Me hubiera gustado que se hubiera a cercado a mi y me hubiera robado un beso. Me hubiera gustado que sus manos hubieran recorrido toda mi espalda, despacio, que sus dedos rozasen lentamente cada parte de mi. En un momento lo noté. Todo lo que se puede llegar a decir con un leve movimiento de dedos acariciando. Nadie lo ve, nadie se da cuenta, pero la comunicación es enorme. Las sensaciones se agolpan, me sentí segura, arropada, querida, amada, protegida… y solo con un leve movimiento de sus dedos. Eso es tener mucho poder.

jueves, 18 de mayo de 2006

OJOS TRISTES


"Se sintió desesperada, sintiendo que una oscura soledad iba invadiéndola por dentro, con zancadas que más se asemejaban a calientes dentelladas. Aquí y allí, arriba y abajo, por todas partes en realidad el barco hacía aguas, el síntoma inequívoco de que las dimensiones del problema escoraban mi mundo al completo. Poco a poco, sentía que todo, absolutamente todo se tornaba un dilema: ir hacia este lado o ir hacia este otro. Y en realidad, quería quedarse quieta, en silencio, callada. Cerrar los ojos y pensar que nadie la miraba. Pero todas las miradas se posaban sobre ella. No podía respirar. No podía respirar. Y sin embargo, respiraba. Sabía muchas cosas. Muchas. Pero tenía que seguir adelante. Sólo por todos los que aguardaban una respuesta, sólo por todos para quienes su vida era tan importante. Tenía que seguir ofreciendo sentido a aquello que ya no lo tenía. Tenía que seguir."

Autor desconocido
"La penumbra"

Y me quedo en el “No podía respirar”. No sé si tengo que seguir.

Esto me está superando con creces. Es demasiado. He conseguido bajar a lo más bajo, he conseguido no tener ganas de andar, sentirme débil, sentirme sin ganas de seguir. Solo con ganas de desaparecer. Quiero cambiarlo todo, quiero… en realidad, ni fuerzas tengo para querer. Solo para permanecer, por que no puedo huir, tendré que enfrentar esto, igual que he sido fuerte ante otras cosas. Pero ante esto no sé si podré.

Ojos tristes. Lleváis mucho tiempo así. Esos destellos que asomaban, que alegraban, que hacían mirarlos; van desapareciendo. Poco a poco todos los rincones llenos de alegría se van esfumando, para dejar sitio a la tristeza. Experiencia, que va dejando huella en ellos, que va apagando esas lucecitas que los hacía brillar. Ya no miras como antes, ya no retas al mirar, sabes que su magia se está perdiendo, que la vida va dejando sus puñales en ellos. Ojos hoy hinchados, llorosos… la señal de que un nuevo puñal se está clavando para siempre. Te miras al espejo y ya no te reconoces, esa mirada no es la tuya. Esta vida no es la que quieres. Los usas para mirar a tu alrededor, y darte cuenta de que lo que te rodea te supera. No tienes ni la confianza, ni la seguridad, ni las fuerzas para llevarlo todo a tus espaldas sola.

Que fácil es derrumbarlo todo cuando los cimientos son malos. Cuando el terreno no es firme, las casas se caen. Y que hacer si mis pies están asentados en terreno arenoso? Me balanceo, hacia un lado, hacia el otro… hasta caer Y ahora, al intentar levantarme, me estoy hundiendo.

No, desde luego esa mirada ya no volverá a se la de antes. Mírala y olvídala.

jueves, 11 de mayo de 2006

EL MANZANO

Estoy manteniendo una conversación interesante con L.A.



L.A.:

Las mujeres somos como manzanas en los árboles...

Las mejores están en la copa del árbol. Los hombres no quieren alcanzar las mejores, porque tienen miedo de caer y herirse. En cambio, toman las manzanas podridas que han caído a tierra y que aunque no son tan buenas, son fáciles de alcanzar. Así que las manzanas que están en la copa del árbol, piensan para si, que algo esta mal con ellas, cuando en realidad, "Ellas son grandiosas". Simplemente tienen que ser paciente y esperar a que el hombre correcto llegue, aquel que sea lo suficientemente valiente para trepar hasta la cima del árbol por ellas. No nos caigamos para ser alcanzadas, quien nos necesite y quiera hará TODO para alcanzarnos.... La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior. Sino del lado para ser igual debajo del brazo para ser protegida, y al lado del corazón para ser amada...

Lhuna:

Cuantas de las mujeres que lean esto pensarán que están en lo alto del arbol? Cuantas pensarán que están tiradas en el suelo? a cuantas les guataría pensar que estan arriba pero en realidad están abajo? Como saber si estás arriba o abajo.... alguna reconocería que está en el suelo? Que es facilona? o mejor dicho, que la relación que tiene con su pareja se basa en: hasta que no encuentre algo mejor, me quedo con esto, me conformo, y si para encontrar algo mejor me tengo que arriesgar demasiado también me quedo con esto... Crees que nosotras sabemos quienes son los que verdaderamente luchan por nosotras? Los que arriesgan? Los que lo darían todo por tenernos? Supongo que sería bonito pensar que estas al lado de un hombre que subió y arriesgó por tí, pero quien sabe, igual resultaste la más facil de alcanzar...

L.A.:

Mi respuesta, una nueva pregunta: ¿pintan los hombres algo?, lo digo pq según lo escrito por mi y lo respondido por ti...parece q tienen un papel "secundario"

Lhuna:

¿Qué si pintan algo los hombres en todo esto? Para mi lo pintan todo. Es cierto que siempre dicen que somos nosotras las que elegimos, y es cierto que, si nos movemos en el ámbito de la seducción, somos nosotras las que os buscamos. Es fácil hacer la prueba. Te vas una noche a una discoteca, oteas, escoges uno y empiezas a atacar. Resulta fácil, todo es cuestión de buscarlo. Es más, puede que hasta tengas ataques por varios frentes y puedas elegir. Hasta donde llegar es cosa tuya (mia me refiero). Pero creo que con el tema del manzano estamos hablando de llegar a algo más.
Las mujeres somos fáciles de conquistar, las palabras nos derriten, las caballerosidad nos encanta, con un ligero roce de una mano por la espalda nos seducís. Todo es cuestión de saber hacerlo, todo es cuestión, no de subir a por la manzana, sino de subir la manzana, de hacer que esa manzana crea que siempre ha estado arriba y que él haría todo lo posible por ella. Pero el día a día, hace que poco a poco vayas bajando ramas. En el recuerdo queda esa maravillosa vista que tenías cuando eras la manzana más alta del árbol, esa que con cada palabra, con cada caricia conseguía sentirse feliz, y no tenía ojos más que para su adulador.
Es normal, hay que bajar, estar arriba siempre es engañoso, y peligroso. Es más seguro estar un poco más abajo, con más ramas donde apoyarte, donde si caes, la caída sea menor.
Y sois vosotros lo que lo manejáis. Creo que muchas veces no os dais cuenta del poder que tenéis. Te tropiezas con alguien, que consigue despertarte, que te hace sentir de nuevo esos cosquilleos que se sientes en el estómago cuando se produce una subida, y que ocurra esto es una pasada. No hay que tirarse a la piscina, no, no es esa la idea, la idea es sentir el cosquilleo, simplemente, sin necesitar nada más. Y eso lo hacéis vosotros.
No hay super mujeres arriba, y mujeres facilotas abajo. Hay mujeres al lado de hombres que las hacen sentir arriba, o mujeres al lado de hombres que las ponen abajo.
Que en esta vida todo es relativo.

miércoles, 19 de abril de 2006

LO SABÍA

Y ella recuerda todo aquello, y cada cierto tiempo vuelve a su cabeza, y cada vez que vuelve le tiemblan las manos pensando en mandarle una señal. Sabe el peligro que tiene hacerlo, sabe que la única salvación es la distancia, por que sabe que si algo pasase sería…para que engañarnos, un enorme placer, pero un error. Y recuerda, y desea volver a estar entre sus brazos, sintiendo como le sujeta con firmeza, pero con delicadeza, sabiendo perfectamente como llevarla, como indicarla, acercándola, sintiéndose, los dos cuerpos juntos. Como la cogías las manos, como movías sus dedos, para sentir el roce de la piel. Como le ofrecía su mano, sabiendo los dos, que esos momentos eran mágicos, que eran cortos, pero lentos, rodeados de gente, pero sólo para ellos. Se miraban, se buscaban, expresaban con la mirada todo lo que deseaban y todo lo que no podían hacer. Mirada que pedía, ven a por mí, acércate, extiéndeme tu mano y dame otro momento a recordar. Sabe que es todo físico, sabe que es atracción física, pero una atracción brutal, un deseo enorme de encontrarse solos, de tener un momento en soledad, una parada del tiempo, para poder continuar todo lo que ha empezado en tantas ocasiones, sin tener que mirar alrededor. Y ella sigue sin poder quitarse de la cabeza esas caricias a escondidas, sus manos descendiendo lentamente por la espalda, en un momento de confusión, sus piernas entrecruzadas, sus muslos rozándose, sus caderas pegadas. Esos besos. ¿Qué se siente cuando te acarician la espalda? Le preguntó, ella no supo que contestar, pero moriría por volver a sentirlo. Lo va a hacer, va a mandar esa señal, y esperará, por el tiempo da ocasiones, y el tiempo evita ocasiones. Y las ocasiones pueden ser un peligro, pero sin riesgo que aburrida sería la vida. Y que podrá pasar? No lo sabe, pero se va a arriesgar.

lunes, 17 de abril de 2006

ABRAZO

Te coge con el brazo por la cintura, te acerca un poco a él, tú te dejas llevar, le pasas una mano por el hombro, la otra mano avanza para rodearle el cuello. Él, con su otra mano, te aprieta fuertemente contra su cuerpo. Y entonces es cuando todo se para. Te quedas ahí, apretando fuertemente, mientras sus manos recorren tu espalda, al principio con fuerza, pero poco a poco lo van haciendo más suavemente, como acariciándote. Y si en ese momento ves que va a terminar, te apresuras a volver a apretar fuertemente con los brazos, para volver a notar ese abrazo, esas ganas de estar siempre ahí, y ese contacto que en silencio dice tantas cosas. Pero termina, siempre termina como si ninguno quisiera separase; te vas alejando poco a poco, intentando mantener el contacto, intentando que la distancia que estás tomando no te separe y por eso giras hacia un lado, como si las primeras partes en tocarse fueran las que tuvieran que separase por último. Un paso atrás, su brazo y tu brazo se van recorriendo, hasta encontrarse las dos manos. Y paras, con su mano estrechada, paras, cruzas unas palabras, un hasta luego, y son tus pies, que no esa mano, los que te obligan a, poco a poco, perder el contacto de su palma, a dejar de notar sus dedos, sus yemas… y finalmente consigues separarte.

BORRACHERA

Es difícil emborracharse estando acompañada. Pero hay veces, que me apetecería. La verdad es que no me cuesta mucho. Pero es que hay veces que se te cae todo encima. Sólo tengo ganas de no sentir. Y si bebo, me entra sueño, y me siento menos, o lo que siento no es real, sueño, mareo, malestar. Es eso justo lo que necesito en estos momentos. Si estuviera sola, cogería la botella de ron, y me metería unos buenos tragos. No lo he hecho nunca, pero hoy lo haría. Hoy es un día en el que te planteas por que cojones has escogido esta vida, por que sigues con ella, aunque no sé si existirá otra mejor. Siempre esperando que en algún momento venga algo mejor… absurdo. Siempre con el “cuando X” “ya verás como Y”… de eso vivo? De la esperanza de que pase X? Para poder ver a Y? No quiero esperar a Y, no me sirve. Prefiero beber hasta que llegue Y, prefiero estar borracha hasta ese momento. Por que igual que no tengo voluntad para beber acompañada, tampoco tengo voluntad para desacompañarme y beber. Que absurda, que vida más absurda, que mierda de vida. Necesito beber, necesito dormir, necesito… no sé que necesito, pero lo que sé es que ahora no sé que coño hago aquí.