viernes, 29 de septiembre de 2006

LLORAR

Llevo tiempo sin hacerlo, sin desahogarme. Y no se necesita un motivo para hacerlo, no quiero tener un motivo, lo que quiero es juntarlos todos, todo aquello que solo igual no se considere suficiente, pero por lo que te gustaría haber derramado unas lagrimitas. Muchas veces únicamente para demostrarte a ti misma que también eres blandita, que no eres una piedra dura, realista, que sabe que eso no merece la pena, que no es causa suficiente para ni siquiera humedecer los ojos. Pero por que no hacerlo? Que más da, el caso es desahogarse, pegarse la llantina, que se hinchen los ojos, que no pares de usar pañuelitos de papel, y que en esos momentos consigas no pensar en nada, solo en el llanto, en querer soltarlo todo, en quedarte vacía de todo aquello que pudiera suponer una espinita, que duele pero no mata.

Y me hubiera gustado hacerlo el otro día. Lo necesitaba, muchísimo, puf! Habría sido genial, romper a llorar, soltarlo todo, refugiarme en tu abrazo, tus dedos limpiando mis lágrimas, tus labios besando los míos… y todo ello, me habría hecho vaciarme de lo innecesario, y llenarme de nuevo de seguridad, de la seguridad y la tranquilidad que tú me das.

Pero llevo tiempo sin hacerlo. A veces pienso que se me ha olvidado como se hace. Otras veces, que igual no es que no sepa hacerlo, igual no es eso, puede ser que me esté volviendo menos sensible. O puede ser que ande cargando motores, para estallar en cualquier momento.

Quizá los motivos ya no eran suficientes. Quizá cuando has llorado por algo, algo que realmente te saca el llanto, tu llanto se vuelve exigente, y ya no quiere salir para ver pasar charangas, quiere la gran orquesta.

Yo no quiero la gran orquesta, solo un poquito de “tontería” de esa que te hace llorar, de esa que te hace llorar y sonreír a la vez, por que sabes que son lagrimas de liberación.

Yo quiero lágrimas de esas, pero por más que las busco, no las encuetro.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

¿CÓMO SIENTO?

Una de dos, o soy rara o el resto del mundo oculta lo que yo vivo. Que no soy sencilla lo sé, que es difícil entenderme también. Yo no me entiendo, y vuelvo siempre al mismo punto, sentimientos contra razón. Últimamente ando liada, perdida, me siento inmersa en un laberinto, con miles de caminos a elegir, y todos ellos con algún inconveniente, y todos pueden que al final me lleven al mismo lugar, dando más o menos vueltas. O puede que no, que me lleven a puntos distintos, donde de nuevo no sabré que hacer. Algunos tienen el suelo lleno de espinas, otros están embarrados, otros son demasiado estrechos, otros oscuros… todos tienen algo, y tengo que elegir.

¿Descoloco? ¿Rallo? ¿Se me va la olla? ¿Tan difícil es entenderme? Que suerte aquellos que tienen las ideas claras, que son fieles a sus convicciones… pero estoy segura que algo habrá que les empuje a salirse, a tirarse por una vez. Y no lo hacen, ¿Por qué? No lo sé. Podría decir que es conformismo, pero la verdad es que no lo sé.

No tengo claro como siento, no sé por que a veces siento las cosas de una determinada manera, no entiendo por que esa manera de sentir es censurable por casi todo el mundo. No entiendo por que tenemos que ajustarnos a un patrón, por que sentir, querer, tocar de cierta manera hace que se den por hecho cosas que no son. No sé por que tengo que ocultarme, por que tengo que mentir, por que se me enjuicia a escondidas, sin saber que se está haciendo, se hace.

Por que debo de asumir que así no es como tengo que sentir, que esa no es la forma adecuada y que si plasmas en palabras algo, una tontería, lleva a confusiones a sentirse mal, a dar por hecho algo. Y sin embargo hay sentimientos que por mucho que queden escritos es imposible que sean tuyos.

La forma de vida moral me ha vuelto a dar un golpe, me ha vuelto a hundir en la duda, en el no saber que hago. Me siento mal conmigo misma, siento miedo, me siento mala persona, despreciable, y solo por sentir, solo por que mis sentimientos no son convencionales. Por que deseo abrazar a quien se supone que no debo, por que quiero un café con ese alguien, que por ser del sexo contrario no debería tomarme con él. Por que ando inmersa en sentimientos cruzados, ando perdida en un mar de cuerdas que cada vez se lían más y que igual llega un momento que voy a tener que cortar.

A veces creo que si todos los sentimientos que se agolpan se esfumaran, mi vida se quedaría vacía, otras veces pienso que conseguiría cierta paz interior y exterior, y que sería más feliz. Si fuera fácil realizar todo esto, si pudiera hablar de las cosas con la naturalidad que lo hace el resto del mundo, y no sentirme extraña sonriendo ante conversaciones normales… perdiéndose mis pensamientos en lo que siento y no puedo contar.

¿Cómo siento? No lo sé. ¿Qué siento? No lo sé. Estoy demasiado asustada para saberlo.

martes, 12 de septiembre de 2006

Ilusionarse

Ilusionarse, ¿de verdad merece la pena hacerlo? Hoy andaba yo en ello, pero hay algo que me ha hecho bajar a tierra, como un mazazo a llegado para decirme: “no seas tonta, ya sabes lo que pasa siempre, lo que deseas con tantas ganas siempre se va a la mierda”. Pero es difícil bajar, apartar de tu mente todos esos pensamientos, todas esas situaciones que inevitablemente vas imaginando, deseando que sucedan, o aun mejor, deseando que no sucedan esas, sino otras, y que te sorprendan, de repente! Que pase todo aquello que no esperas… ves! Ya ando otra vez subida a la nube… supongo que la cosa es así, habrá que pasarlo mal para poder tener un rayito de felicidad.

lunes, 4 de septiembre de 2006

LO HABRÍA HECHO...

Habría hecho el amor contigo. Me hubiera rendido a tus encantos, me hubiera dejado llevar, a pesar de que fuese una locura, lo habría hecho. Te deseaba tanto, tenía tantas ganas de probarte. Me habría abrazado a ti para siempre, enlazando mi cuerpo al tuyo, sintiendo tu piel, tus dedos acariciándome, mi boca devorándote. Y habría descansado tranquila a tu lado, desnuda, sin preocupaciones. Lo habría hecho…

viernes, 1 de septiembre de 2006

SOLEDAD


No le siento. Está a mi lado, sentado conmigo, casi rozándome y sin embargo me siento tan lejos. Me parece estar sentada en una austera silla de madera, en una esquina de una gran habitación blanca, y le veo a él al otro lado, en su sillón de cuero, sus ojos ciegos en la tele. Como puedes estar tan cerca de alguien y sentirle a la vez tan lejano. La cama resulta amplia, casi no le encuentro por las noches, y si te digo la verdad no tengo ganas de que me roce. El silencio cada vez se hace más abismal. Las palabras que un día nos juntaron hoy han llegado a separarnos, para finalmente dejarnos mudos. Es increíble como se puede llegar a vivir tu vida al lado de alguien extraño, alguien ausente. Asumes roles y obligaciones hacia alguien indiferente para ti. No lo odias, ya no puedes, has pasado del cariño, al amor, al deseo, la pasión, y todo eso ha terminado por desembocar en el odio, palabras altas, gritos, que poco a poco han llegado al desencanto, al abandono, a rendirse, a no querer luchar más, por que poco a poco todo aquello por lo que creías luchar se ha ido esfumando. Ya no queda nada, nada por lo que amarle, nada por lo que odiarle.