lunes, 26 de marzo de 2007

YA NADIE ME TRAE FLORES


El corazón está tranquilo, ya nadie lo mueve. De tanta tranquilidad creo que va a morir. Las lágrimas ya no caen, su sabor salado desapareció, no mojan ni para bien ni para mal. Las caricias que estremecían volaron, alto, lejos, al mundo de lo inalcanzable. Miro alrededor ávida de sentir, de que algo me golpee hasta hacerme sangrar, me tire al suelo y arrodillada sacar fuerzas para volver a levantarme. Flotar siempre es la misma línea, día tras día, ver el horizonte desde la misma perspectiva, desespera. Con la cabeza agachada miro las flores con el rabillo del ojo. Ya, nadie me trae flores.

jueves, 8 de marzo de 2007

CON DEMASIADO VINO EN MI CUERPO SALEN ESTAS COSAS...

Vaya… creo que he bebido demasiado vino. En fin, lo hecho hecho está. Pero esta sensación, de no saber muy bien donde están las cosas no es muy agradable… puf me está costando mucho escribir esto, parece como si todo se moviera…

Hoy han surgido unos cuantos temas en mi mente. Me suele ocurrir, se pasan por ella, para ver si alguno hecha raíces y se convierte en texto. Sé que no es el momento de escribir nada coherente, ni siquiera sé por que he hecho esto, simplemente surgió así.

Y creo que en estos decadentes momentos la copa se la lleva el tema amor. Como no, el tema recurrente y asqueroso que no deja de ser uno de los principales de todo lo que escribo. Con lo fácil que sería hacer mi alegato contra la realidad del cambio climático y la subida del nivel del mar, o la ineptitud de los directores y gestores de los fondos públicos. No, que va, yo me dedico a algo mucho menos indignante y mucho más común: EL AMOR.

(de momento escribo sin faltas eh!!!!!)

¿Por que quieres a esa persona? No para de dar vueltas en mi cabeza. Cuando quieres a alguien es simplemente por que sí. No puedes decir que quieres a alguien por que es bueno, por que te trata bien, por que te quiere mucho… no, estarías mintiendo, sería un amor falso. A la gente no se la quiere por su actitud frente a nosotros, se les quiere por que sí. Sin remedio, sin solución, sin que nada de lo que haga, de lo que diga pueda llegar a evitarlo. Quieres y punto. Nada de lo que la otra persona haga podría llegar a cambiar eso, y si así fuese no sería verdadero amor, sería conveniencia. Por eso hay que dejar hacer sin reproches de ningún tipo.

Te quiero por que sí. ¿Que no me quieres? Bien, nada puedo hacer, yo te seguiré queriendo por que sí.

lunes, 5 de marzo de 2007

Me levanto inquieta. Me pasa siempre. Siempre que es el momento de verlo me pasa. Mantengo una indiferencia fingida, aparento que todo es normal, que todo va bien. Nada va bien. Cada vez me doy más cuenta de que de aquí en adelante, en mi vida nada ira bien. Pero me gusta, no me importa. Hoy la desazón la causa su presencia o más bien su ausencia. Y mañana quizá seas tú el que la cause, o quizá nada causará escozor y andaré muerta por dentro. Hasta que algo de nuevo me sorprenda, me haga mirarlo detenidamente, recorra mi piel y me haga estremecer, sentirme viva. ¿Me equivoco?, ¿creer que estoy cometiendo un error? No, no lo estoy cometiendo, las niñas caprichosas somos así, las hay locas que quieren chupar todos los caramelos, y las hay que dejan volar su mente, imaginando sabores y sinsabores… ninguna es feliz, ninguna lo será nunca, pero necesitan sentirse vivas. Me gusta levantarme inquieta, me gusta que algo recorra mi cuerpo desde mi cuello hasta mi pubis, queriendo salir, queriendo abrazar, queriendo dar, y mantenerlo dentro… inquietando.






NIÑA CAPRICHOSA

"No es una opción personas, nací así, siendo caprichosa. No puedo hacer nada para evitarlo, cargo con ello. Pero un gran paso en esta situación es saberlo. Y yo lo sé. Sé que me encapricho, de todo, de todos… de ti. Sí, ahora te ha tocado a ti. Ahora eres tú. ¿Hasta cuando? Pues no lo sé, eso tampoco puedo controlarlo. Pero ahora eres tú el que me hace levantarme cada mañana. Eres tú el que tiene “ese poder”. Tus palabras son tu poder, tus acciones, tus miradas. Y lo mejor es que de momento no lo sabes. Así es mucho más divertido el juego.

El juego, un juego en el que sé que siempre pierdo. Sé que nada gano con esto, que de todas las papeletas solo una gana, y si me tocará la rompería. Caprichosa y sin valor, por que el capricho obtenido es el caramelo que se termina. Tú juegas sin saberlo y yo lo hago para perder. Aun así vuelvo a tirar los dados, me vuelvo a ilusionar cada vez que los veo rodar por la mesa. Y que puedo hacer, si yo no lo elegí.

Me ahoga esta situación. Las ganas me pueden, la desesperación me invade, tengo que conseguir lo que quiero, tengo que verte otra vez, tengo que volver a imaginarme en tus brazos, deshaciéndome en tus labios. Tengo que volver a ver los fotogramas de una noche junto a ti.

Es mi capricho, es mi vida, déjame vivirla como quiera, por que soy así, siento así. Déjame dañarme en silencio. Deja que me desespere pensando en lo que nunca tendré, en aquello que podría conseguir, en aquello que obtengo y me desilusiona, en aquello que me hacía subir al cielo y ahora me deja indiferente. Deja que viva mi capricho, déjame vivirte hoy.

Claro que lo harás. Hoy lo harás tú, y mañana lo hará otro. Alguno terminará en el olvido, otro conseguirá llegar más lejos, tan lejos como yo quiera que llegue, y hasta el momento en el que aparezca un nuevo capricho. En ese momento te descartaré. Pero hasta ese momento todo lo que viva será real. Cada sentimiento será real, cada caricia imaginada o hecha será real, y no habrá engaño, solo caprichos que terminan por consumirse. Sentimientos que mueren, dejándome vacía, ansiosa por encontrar un nuevo capricho. Para poder dolerme, desesperarme, ilusionarme… jugar.

Jugar y perder."