miércoles, 30 de mayo de 2007

GARRAFÓN

Eh! Mírame a mi también!! Ven a bailar!!

Un par de miradas que no pude aguantar bastaron para que me alargarabas tu mano y tu brazo me rodeara la cintura. Seré una más, pero es mejor ser una más que ser la única que no computa.

No te acordarás, ni de mi, ni de mi nombre.

Fueron suficientes unos minutos para que volvieras. Abrazabas un cuerpo sin resistencia, asías unas manos que no tenían intención de soltarte. Pero olvidaste su nombre.

No importaba. Lo puedo repetir.

Ay! Si estuviésemos menos borrachos… o más.

Me reconociste, y no pude evitar sonreír. Sonreírte. No sé si recordabas mi nombre, pero de todas, de todas las que metiste en el saco esa noche, puede que sea la única a la que te puedes quedar mirando y te sonría.

martes, 22 de mayo de 2007

MARÍA

Delante del espejo se miró a la cara. Ahora empezaba a conocerse. María se miró a los ojos y consiguió aceptar que no era una buena persona. No lo era, y no sólo eso, sino que no podía evitar ser así.

Se sintió liberada, por fin podía aceptarlo. Su vida no era una mierda por lo que le rodeaba. Su vida era una mierda por que ella la hacía así. Y no sólo eso, además, no podía evitar que fuese así.

María tenía la capacidad de ver todo lo malo de los demás, sacar lo peor de cada uno. Toda una experta en poner “peros”. Ningún hombre la llegaría a llenar nunca, y ninguno sería feliz a su lado.

Podía llegar a controlarlo de cara a los demás. Mientras por dentro su cabeza no para de dar vueltas sobre como podría alguien aguantar algo así. Le costaba mucho quitar importancia a todo aquello, para quedarse únicamente con lo que hacía que esa persona mereciera la pena.

Egoísta, inmaduro, egocéntrico, sabelotodo, pasota, demasiado controlador, agobiante, maniático, histérico… y si alguno de ellos quisiese de verdad a María, como ella pensaba, no sería ninguna de esas cosas. Pero todos tenían alguno de estos rasgos. Amigos, conocidos, familia, novios, amantes. De todos y de cada uno de ellos llegaría a cansarse.

María sabía el daño que era capaz de hacer a los demás. Por eso un día decidió no ahondar en ninguna relación, no implicarse tanto como para cansarse de nadie. Prefería pasarlo mal, idas y venidas de personas que entraban y salían de su vida, todos sin su consentimiento, algunos causando un gran dolor, otros sin apenas enterarse, pero nunca jamás volver a atrapar tanto a alguien como para hacerle daño.

María no volverá a amar. Las malas personas no merecen amar, ni ser amadas.

jueves, 17 de mayo de 2007

SI PUDIERA TE DIRÍA...

Que ójala supieras solo la mitad de lo que pasa por mi mente, la mitad de lo que me tengo que tragar, la mitad de los pensamientos que llegan a atormentarme.

Y sigo enganchándome, sabiendo que voy a caer, por que esa no es la soga que tengo que asir, esa no es mi soga. A la mía ya estoy atada y sé mi radio de acción, pero siempre consigo engancharme a ajenas para sacar la pierna fuera. O la cabeza. Cuando la que sale es la cabeza, cada entrada de nuevo a su mundo es un mazazo.

Ojalá supieras la mitad de dolor que ese mazazo provoca.

No puedo alejarme, ellos no me lo permiten. Han llegado a tener tal control sobre mi, que todo mi interior son ellos. La carcasa te cuenta una historia, por dentro, todo es distinto.

Ojalá supieras la mitad de lo que pasa dentro.

Sí, y llorar por que se me escapa de las manos, por que todo se me va. Mi mundo de fantasía se deshace, y duele mucho. No me engañes más, no me digas una cosa y luego actúes de otra forma. Estoy cansada de andar mordiéndome la lengua, cansada de no poder decirte las cosas claras. Por puro miedo, a que me rechaces. Vete a la mierda, que valor tiene esto si las cosas son siempre en el mismo sentido. Algo especial, no sé si es algo especial.

Y la verdad, es que el miedo es a sentirme de nuevo vacía. Vacía por que para estar llena necesito mucho. Por que soy una puta inconformista, y andaré toda mi vida en busca de una felicidad que nunca encontraré. Que la tengo delante de mis narices y no soy capaz de encontrarla.

Duele ir cayendo poco a poco, duele, pero me hace sentir viva. Rabia, desconsuelo, celos, desilusión, impotencia… prefiero sentirlos a permanecer tranquila. Prefiero aguantar las lágrimas por que nadie sabría por que cojones lloro, que no tener por que llorar.

Y nunca sabrás nada de esto, no, las palabras que puedan llegarte están lo suficientemente ocultas como para que la cabeza vuele, pero no aterrice nunca. Tú también lo haces. No sólo conmigo.

No queremos verdades dichas claramente, por que somos unos cobardes. Por que no queremos hacernos daño. Por que esta vida es una puta mierda.

miércoles, 16 de mayo de 2007

POESÍA

El otro día linkearon hasta mis dominios un texto sacado del “bloc de anillas”, pagina que desconocía. Me costó leerlo entero, no paraba de lucir naranja la parte inferior de mi pantalla, y como buena mujer, la curiosidad me podía. Pero el texto empezó a engancharme, denso pero interesante. De esos que aunque al principio te parecen un puro merece la pena atender. Ya sabes, la gran frase de “escucha desde el principio, u obvia hasta el final” (vale, vale… no es un gran frase y además es mía, pero seguro que si pongo un “nombre” detrás te la tragas).

“José Antonio Gamoneda”, ¿lo conoces? Yo no, para que voy a mentir, ni idea de quien es, pero le han dado el Premio Cervantes. Sus palabras por un lado son gilipolleces y por otro pueden hasta hacerte pensar. (un poco osado lo de gilipolleces, ¿no?, bueno, total, estamos entre amigos).

Este señor dice cosas como esta: “no sé lo que sé hasta que no me lo dicen mis palabras ya escritas”… no saber lo que se sabe, que situación más desesperante. Más bien yo diría que las cosas que sé no cobran una espantosa realidad hasta que no las veo escritas, o hasta que no las digo. Eso si que es cierto, por que la mente es maligna, da miles y miles de vueltas a pensamientos horrendos, impuros, guarros, estúpidos, pero hasta que no los pones en palabras no tienes realmente conciencia de su existencia.

Y del resto de frases que he leído no pienso comentar nada, son todas, como ya dije antes, gilipolleces.

Otro trocito del texto: “(…)las actividades que entontecen al que las practica. Y hablo de actividades que entontecen sin que la propia actividad tenga que ser tonta.” Esto se da en el mundo real cada dos por tres. Y quizá sea por que hay ciertas actividades que suponiendo un riesgo grande es más fácil que sean asumidas por un tonto. A ver, cuando me refiero a un tonto, me refiero justo a eso que estás pensando, sí. Ese clasismo de los que nos sentimos superiores intelectualmente (por que lo somos) a la mayoría del pueblo llano, los cuales no tienen capacidad para ocupar los puestos de responsabilidad que nosotros ocupamos, sí, ese clasismo. Pues bien, partiendo de esto, toda actividad que suponga un gran riesgo para nuestro físico es descartada de inmediato. Podremos destrozarnos las meninges, pero no soportamos hacernos ni un rasguño. En fin, que dejamos las prácticas que deberían ser admirables por su riesgo a las personas tontas, que no le dan demasiadas vueltas al tema.

Y… ¿Qué es la poesía? ¿de verdad saben los poetas lo que están diciendo? O mejor dicho, lo que quieren decir. Soy de la opinión de que si quieres contar algo, escríbelo, dilo, tal y como lo pienses, pero déjate de leches de rimas, cuartetos o pareados. Las palabras sin necesidad de su agradable sonido, son las que transmiten. Las poesías suenan bien, pero en realidad no dicen la verdad. Siempre hay que acomodar las palabras.

Tagore:La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”. Vamos a ver, ¿la melodía del universo? Alguien puede decirme cual puede ser esta melodía, alguien sabe que nos está queriendo decir. Alguien con palabras escritas con sentido puede descifrar que patochada quiere decir esta frase. Igual Gerardo Diego: “La poesía hace el relámpago y el poeta se queda con el trueno atónito en las manos, su sonoro poema deslumbrado. Creer lo que no vimos dicen que es la fe. Crear lo que no veremos, esto es la poesía”. Ummm… pues no, no dice más que tonterías de nuevo. Que sí que el juego de palabras “creer” y “crear” queda muy bien. Y lo del relámpago y el trueno y todo eso, pues también. Crear lo que no veremos, eso es la poesía… y sabes por que no lo veremos, por que materializan lo inmaterializable y espiritualizan lo inespiritualizable. Vamos, que lo único que hacen es jugar con sonidos.

Y por último, Oscar Wilde, que dice: “Un gran poeta, un verdadero gran poeta, es la menos poética de las criaturas. Pero los poetas menores son deliciosos. Mientras peores son sus versos, más pintorescos son ellos. El mero hecho de haber publicado un libro de sonetos de segunda mano hace a un hombre completamente irresistible. Viven la poesía que no saben escribir. Los otros escriben la poesía que no se atreven a realizar.

O_O

Camuflarse en palabras, saberlas colocar en su mejor posición. Todo es cuestión de aprender a hacerlo. Para esto hay reglas, como para hacer una carretera. Saber cuando un acuerdo vertical debe o no coincidir con una curva, evitar pérdidas del trazado, utilizar el radio adecuado, la curva de transición correcta, el peralte según el radio… todo está estudiado, los firmes, el tamaño de las señales… etc… que sucede, que esto no queda tan bonito, que los “poetas” no saben sacar la melodía a las carreteras.

No te dejes engañar por las palabras bien juntadas y colocadas. Busca textos que te digan cosas, aunque estén fatal escritos. Busca los textos que te transmitan, por que han sido vividos, sentidos, y te hacen sentir. Y de los demás, afirma que están bien escritos, que son bonitos, agradables al oído, pero reconoce que nada mueven en ti.

“Los otros escriben la poesía que no se atreven a realizar”

La fuente, para quien pueda interesar: http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/alfredo/?p=17

miércoles, 9 de mayo de 2007

SOLO POR HOY


Hoy estoy mimosa. Y quien se lo va a creer, si normalmente echo de mi vida todo atisbo de mimos. Pero hoy es uno de esos días en los que empiezas a sentirte sola, y necesitas que los que te rodean te digan que te rodean, pero de verdad. Y aquí reside otro problema, que tiene que ser de verdad, pero no de tú verdad, sino de la mía. Eso cuestaaaaaaaa, buf, no te puedes imaginar lo que cuesta en estos momentos.

“¿me das un abrazo?” no cuela, no cuela, suena raro en mis labios, y la respuesta es igual a las que yo he podido dar muchas veces. Fría, cargada de cachondeo. Hoy no me resbalan las cosas, hoy cada cosita se me queda pegada.

Y aun así, sigo con mi disfraz, que remedio, una tiene una reputación que guardar, y una cordura mental que hacer perdurar. No queremos que piensen que estas loca, ¿verdad? No, no quiero que se hagan una idea tan clara de los momentos de anhelo que paso.

Si alguien viniese a contarme verdades, auténticas verdades, sin pedirlo, simplemente por que son verdad, por que así las siente y así las dice.

Si alguien viniese a abrazarme fuerte, lento y durante mucho tiempo, hasta que doliese.

Y tú que lees esto, tampoco te lo creas del todo, ya me conoces, no me van las ñoñerías, soy fuerte como para no necesitar de todo eso, y tengo más seguridad en mi misma de la que aparentan estas letras.






¿alguien me abraza?

sábado, 5 de mayo de 2007

ESTREMECERSE

¿Me estremecería con sus dedos? ¿Me preguntas que si me estremecería con sus caricias? Claro que lo haría. Con cada uno de sus roces. Pero no puede ser. Todo tiene su momento y este pasó. Pero sí, me estremecería.

De hecho, me estremezco con cada una de las caricias que imagino. Soy libre, ¿no? Libre de acariciarle en mis sueños y de que sus dedos recorran mi espalda. Con los ojos cerrados, para verle a él y no a ti, para imaginar que son sus manos las que suben mis caderas, las que me sujetan la cara dirigiendo mis labios a los suyos. Que es él el que entrecorta mi respiración, el que con su cadencia me hace desear llegar al final.

Y podría decir más, me estremezco cada vez que su cuerpo roza el mío. Con cada movimiento provocado entre la casualidad y el deseo encubierto. Cada vez que sus manos me cuentan, a veces temerosas, otras osadas, que me quiere.

Claro que me estremecerían sus dedos.