lunes, 5 de abril de 2010

A LOS DEL "TODOSLOSFOROS"

Vaya, quien lo leerá? Antes tenía asiduos, antes, muuuuucho antes. Ahora nadie pasea sus ojos por aquí. Pero el caso es que he estado sacando recuerdos, y recordando situaciones. He estado leyendo y disfrutando al leer. Ya no siento lo mismo, no, pero el recuerdo de lo que sentí me ha hecho ilusionarme. Por un lado, claro, por que por otro me he negado a seguir abriendo cajas de recuerdos, a seguir leyendo y he cerrado la caja. ¿Por qué? Pues por que se juntan muchos sentimientos, de los que no voy a hablar. No es el momento. Y además por que ya me da igual, no es algo que necesite, ni algo que tenga presente. Lo que antes leía con atencián exagerada ahora me llega a aburrir. Me he vuelto vaga.

El caso es que lo que más gracia me ha hecho (sí, me ha hecho gracia, por que ya no me cabrea) es la cantidad de “siempres”, de “estarés” se decían, y lo que es peor, se escribían, que ahí quedan escritos, para verlos pasado el tiempo, para darte cuenta que fuiste una ingenua, y que por mucho que pienses que has aprendido algo, no lo has hecho. Que fuerte parecía todo aquello, que potente, que aferrado, que seguridad daba saber que lo tenías. Que gran mentira, que gran mierda.




¿Qué es lo que realmente tienes? ¿Quieres saberlo? A ti mismo, con tus putas locuras, con tus idas de olla, contigo mismo volviéndose tarumba. Eso es lo único que hay, y no es suficiente. Hay que alimentarlo, mentirle, revolucionarlo, engañarlo. Y así somos felices, dándonos por culo.

Pero para que engañarnos, estuvo bien, estuvo muy bien. Y tengo que confesar, que en mi estado actual de locura me he dado cuenta que fue entonces cuando más libre me sentí, y que sensación más placentera, no preocuparme por nada, por nada de lo que pasaba, por nada de lo que pensaran los demás… ¿Cuánto duró? Poco, muy poco, enseguida todo se fue al garete. Pero que me quiten lo bailado.

Ahora sigo viviendo en la montaña rusa, esa de siempre, tan nombrada ya, de arriba a abajo. Y creo que seguiré así siempre. Pero ahora ¿a quien le importa?. Es algo más difícil, sí, pero el camino que siguen las aves es más corto, no salen de casa. Ahora conocen los caminos oscuros, ahora los arañazos alivian, antes lo hacían las palabras colgadas en la red. Y poco a poco el lago vuelve a ser cristalino, sin aguas agitadas, hasta que tire la próxima piedra.