Aquel gracioso pececillo que no tenía memoria. Entrad leed y olvidad, no merece la pena recordar nada de lo escrito.
lunes, 17 de febrero de 2014
ORDEN
Me costó mucho ordenarlo todo, que cada cosa estuviera en su
sitio, y que cada cosa tuviera su hueco. Ciertas cosas son demasiado grandes, o
demasiado voluptuosas y tienes que doblarlas… o hacerles mucho sitio, y claro,
la casa es lo grande que es, con lo cual a veces hay que tirar unas cosas para
hacer sitio a otras.
Empequeñecer, empequeñecer hasta que entra, doblar,
simplificar, hasta que entra. Y una vez todo colocado ni se te pasa por la
cabeza que algo pueda salirse de su sitio.
Pero se empezó a hinchar, y no poco a poco, de repente se
hincho, empezó a ocupar muchísimo sitio, empezó a dejarme sin aire. ¿Como pudo
ser? ¿Si estaba bien plegado?
Cuando me di cuenta era demasiado tarde, ya no había manera
de reconducirlo, estaba dentro aplastándolo todo. Me paré un momento, intenté
respirar hondo y volver a poner todo en su sitio. ¡Mierda! ¿Como ha podido
pasar? ¿Que doblez hice mal? ¿Que resquicio deje libre para entrara el aire y
se hinchara tantísimo? Con lo bien que lo tenía todo colocado.
Ahora me tocará empezar a sacar aire, empezar a deshinchar,
soplar, poquito a poco. Por que así de grande no me lo puedo quedar, no me
cabe, tendría que tirar algo y no quiero hacerlo, me lo quiero quedar todo.
Pero cada cosa en su sitio.
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