viernes, 9 de octubre de 2009

ENCIERRO


Estoy dentro de una burbuja, de la que no sé salir. Una burbuja de confusión, de temor. Lo único que me gustaría en este momento es desaparecer. No sé como sucedió, no me explico como he podido llegar aquí, pero ahora mismo no sé como salir.

No quiero que nadie me vea, no quiero que nadie me juzgue, no quiero ver a nadie, no quiero existir. No sé como gestionar esta situación, no sé que hacer ni hacia donde escapar.

Cogería el coche y me iría lejos, pero a donde, y para que. Sé que para lo único que serviría es para hinchar más la burbuja, para que sea más difícil aun salir de aquí.

Me atormenta, me atormenta tanto la cabeza que cada vez me pongo más nerviosa, respiro entrecortado, intentando reventar, buscando el desmayo.

Sin saber por que pienso que el dolor me servirá para reventar la burbuja, para encontrar la salida a esta carretera continua e infinita en la que me he metido. Busco algo con que cortarme y lo encuentro, y sin pensar por que lo hago comienzo a clavarlo en mi brazo, una y otra vez, parando para sentir el dolor, el escozor. Paro, pero tengo miedo de que el dolor físico no alcance el grado suficiente como para que todo esto reviente. Y lo vuelvo a hacer, una y otra vez.

Me siento aliviada, mi mente se centra en ese dolor físico, mi mundo se encierra en mi brazo, en la sangre, en el dolor. Y lo demás pasa a un segundo plano.

Me empiezo a sentir cansada sin ganas de moverme, sin ganas de nada. Estoy derrotada, agotada de luchar contra esa burbuja, exhausta de dar vueltas en esa carretera. Me tumbo, me acurruco y desaparezco.

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