viernes, 20 de diciembre de 2013

¿Por qué no se te caen las gafas cuando miras hacia abajo?

Ya todo terminó, ya está, todo se acabó, y sin embargo me siento vacía, sin rumbo.

Ha venido todo tan rápido…

Ahora no sé que hacer, ya me bajé de la montaña rusa de sentimientos, ya tengo mis pies tocando suelo y no sé hacia donde caminar. Tanta fuerza, tanta valentía… ya se me han terminado.

Ya no sé si estás, ya no sé si controlo, si no me voy a liar; ya no sé si lo quiero, ya no sé.

Volver a recolocarlo todo, a ponerlo todo en su lugar, a sonreír, a vivir, día tras día, a sentir, o no sentir. A llorar en silencio nuevamente. Volver a luchar, tocar suelo, y esperar la cola para volver a subirme a la montaña rusa.

Ya voy por la calle con la mirada alta, fijando miradas, esbozando sonrisas, y de que me sirve.

Todo esto duele. Duele físicamente y duele mentalmente, no puedo más. Alejarme es difícil, confiar imposible, derrumbarme fácil.

No puedo abrir un corazón que no controlo, no sé que sentimientos escribir, por que no sé que sentimientos hay, por que lamento no haberte besado, y sin embargo no lo hice por que no quise.

Y todo ha coincidido, tan mal, ha coincidido tan mal… ha tenido que pasar tan rápido, he metido mis pensamientos en tantas cosas atropelladas, que ahora me siento culpable. Insegura.

Prefiero el dolor físico, ese lo aguanto, pero cuando el corazón se enreda, cuando la cabeza trabaja incansablemente, y los ojos se llenan de lágrimas a destiempo, entonces no sé que hacer.

Los amores hay que pasarlos a tiempo, en calma y apasionadamente. Los duelos hay que pasarlos aislada, con la cabeza centrada y llorando. Yo, lo he hecho todo mal. Por eso ahora necesito sus manos, sus abrazos, sus besos y su calor, más que nada en el mundo.


Ahora necesito acostarme a su lado, y oírle respirar hasta que duerma. Y me quieren, sobre todas las cosas. De una forma incomprensible, pero me quieren, y eso, es lo único que me hace sonreír al llorar.

jueves, 14 de noviembre de 2013

"me muero por besarte"

No, no estoy enamorada de ti, pero ayer te habría besado. Ayer me habría ido contigo al fin del mundo, habría prolongado ese abrazo para siempre. Me hubiera gustado quitar tanta ropa de en medio, y haberte sentido. Haber recorrido tu espalda, haber besado tu cuello y continuar con esa respiración tranquila, suspirar, respirar y acelerar. Y seguir sintiendo esa felicidad y seguir sintiéndote, y saber que estás y agarrarte fuerte, muy fuerte para que no te vayas nunca.

Yo no me lo merezco, y tú no te mereces esto. La vida a veces se complica, y se confunde y nos da bufandas en verano y chanclas en invierno. Yo las voy a guardar. Tengo bufandas, pero ninguna como esta, y chanclas, pero con ninguna ando tan cómoda como con estas.

Te pienso muchas veces, vas y vienes, y me da miedo que puedas desaparecer. Pero no soy quien para retenerte, tienes que buscar, encontrar, vivir, llorar… con alguien y esa no soy yo, ahora no. Y lo vas a hacer, estoy segura.

Desde lo más simple te encontré, sin preocupacione apareciste, sin tapujos me comporté, y sin pretenderlo nos enredamos. Y ya no es fácil desenredar la madeja, y aunque lo fuera, no lo quiero hacer. Me siento afortunada, muy afortunada, y alagada, ya lo he dicho, no lo merezco.

Por eso te quiero dar las gracias, por escucharme y por entenderme.
Por hacerme sentir bien, por hacer que haya días en los que me mire en el espejo y me vea guapa.
Por quedarte.
Por ser un auténtico caballero y hacerme sentir como una princesa.
Por quererme, y por que te quiero y me gusta quererte.
Pero sobre todo, gracias, muchas gracias por abrazarme, ojalá sigas haciéndolo toda la vida.

lunes, 21 de octubre de 2013

Encontrarte

Si en la búsqueda te encuentro, ¿Dónde te meto? Si te haces hueco en mi sofá, junto a mi, pegado a mi, ¿Qué hago? Si te me haces necesario, si me vienes a la mente, ¿Cómo te quito? Si tu sonrisa me hace sonreír, si tus penas me hacen llorar ¿Cómo sentir?

Y si además no quiero que te vayas, si he encontrado la manta para mis fríos, el agua para mi sed y la mano que me acaricia. Si esos ojos me llaman, me miran, me matan.


Ven, cuélate aquí te hago hueco. Ven y acompáñame.



lunes, 15 de abril de 2013

Y a ti que más te da.



Y así tiene que ser. Estoy cansada de vivir la vida de los demás, de pensar lo que estarán pensando los demás, de darle vueltas a lo que ellos hacen o dicen, quitándole importancia a aquello que yo hago o digo. Me debería dar igual, tendría que serme indiferente gustar o no gustar, agradar o no agradar, dañar o no dañar, esperar o no esperar…

Y sin embargo cada cierto tiempo lo hago, me deja de dar igual, y termino buscando explicaciones, y termino pidiendo explicaciones y ya estoy cansada.

Mi mundo soy yo, nadie más, NADIE MAS, esto tiene que estar claro, estás sola, y por mucho que alguien quiera entrar o salir, molestar, enfadar, me tiene que dar igual. Quien se enfada tiene dos males, enfadarse y desenfadarse.

Fóllate a quien quieras, pero cuando llegues a casa, me das un beso, me dices que me quieres mucho, me tratas bien y con respeto, te aguantas con mis malas caras, mis malos días y todo lo malo que tengo (que es mucho), follaremos cuando me apetezca, reiré contigo cuando quiera, y mientras aguantas, o te vas con otra. Y si te quedas tu sabrás, yo estoy cansada de “caer bien”. Te vas a enfadar solo, por que me he puesto la armadura, allá tú.

Total, a mi que más me da, yo a lo mío.