sábado, 27 de enero de 2007

Dudas a altas horas de la noche

Con que facilidad la tristeza puede invadirte. Así de repente, sin tener mucho sentido. Una hora tardía, una promesa no cumplida, una esperanza desmenuzada y todo se va hundiendo poco a poco. Y te repites a ti mismo que no tienes por que preocuparte. Te lo dices una y otra vez. Pero es que él se alejó de mí, y él no vino. Y eso a un alma debilucha como la mía afecta. El silencio será la respuesta seguramente a todos los acontecimientos, y el tiempo el que cure la heridita.

Por un lado la venganza intenta apoderarse de mi, cuando en realidad mucho tendría que pasar para igualar tremendas venganzas anticipadas. O igual no, igual hemos terminado en tablas, incluso he perdido. La ignorancia es la llave a la felicidad.

Por otro lado la duda sigue desconcertándome. La duda y el miedo a dañar. Ese maldito miedo a pasarme e incomodar. Y cuesta controlar o actuar no viendo reciprocidad. Sabiendo el suelo que ambos pisamos, pero sabiendo también que la mente es muy traicionera y muchas veces hace que andemos dando saltos, para despegarnos del todo de la tierra firme.

En fin, dejémoslo pasar una vez más. Una herida más. Si he conseguido tapar heridas mayores, con esta también podré. El único problema es que muchas de estas heridas no curan bien, la costra engaña, pero por dentro todo sigue en carne viva.

lunes, 22 de enero de 2007

UNA CALLE DE PARÍS


…y de repente escuchas esa canción que has oído muchas veces, pero hay algo distinto. No en ella, sino en ti. Hay algo nuevo que te hace escucharla de otra forma, entenderla de otra forma. Y
entonces te cuenta una historia…



Una calle de París
no es tan sólo oro
lo que allí perdí.
Una apuesta al corazón,
nunca juegues si sólo queda tu honor.
Y ahora hay una habitación
con un cuadro y un colchón.

Una calle de París,
su recuerdo todo lo que conseguí,
el adiós de una mujer
se llevó la paga, el vino y el placer.
Y en mi vieja habitación hay cortinas
para que no entre el sol,
no entre el sol.

La noche se llevó
los cuadros, la cordura y la fe.
Y nunca más se vió
salir ningún color de mi pincel.
El cuadro que pinté
con tu sonrisa y nunca acabé
quedó en la habitación
y nunca más se vió.

Una calle de París
me recuerda todo aquello que no fuí
el final de la ilusión
en la noche en que París se estremeció.

Y ahora hay una habitación
con un cuadro y un colchón.

Una calle de París
su recuerdo todo lo que conseguí,
el adiós de una mujer
se llevó la paga, el vino y el placer.
Y en mi vieja habitación hay cortinas
para que no entre el sol,
no entre el sol
no entre el sol
no entre el sol



http://www.youtube.com/watch?v=cricoJ4IdCM

jueves, 11 de enero de 2007

QUE RARO EL AMOR


Que raro el amor. Que extraño que confunde cuerpos, miradas, que me hace desearte. Hace que quisiera que estuvieras aquí, ahora. Las ganas de abrazarte, de sentirte cerca, de notar tu calor, se hacen constantes. Y sin embargo, es raro, por que no sé que amor es.

Saber que las yemas de tus dedos nunca han acariciado mi espalda desnuda, ni jugado con las mías. Que tus manos no han aferrado mis caderas. Que no conozco tus movimientos, tus caricias, la forma de besar, la forma de agarrarme, de llevarme hacia ti. Y saber que nunca lo sabré.

Y sin embargo te quiero. Te quiero tanto. Y sin embargo te siento, tan cerca, y me siento tan tranquila a tu lado. Raro el amor que estamos alimentando. Pero con una seguridad en el tiempo que nada ni nadie hará que se desvanezca.

Desear por un momento dejarme llevar, no pensar. A solas, contigo, mirarte a la cara y decir todo lo que mis labios quieran, todo lo que desde mi corazón, loco, irreflexivo, impulsivo y caprichoso salga. Y sentir como se revoluciona y el calor sube por mi estómago, hasta la cara, poniéndose colorada. Mis manos frías, mi cuerpo caliente y tú delante, atropellado por palabras de repente. Y saber que lo deseado no sucederá.

Que te quiero, que te amo, que no sé como lo hago, ni por que, ni como gestionarlo, ni que sientes tú, ni como o por que lo haces… pero es así.

sábado, 6 de enero de 2007

ASI ES LA COSA

¿Por que tengo que aguantar esto? ¿Por que tengo que hacer algo que no quiero hacer? Ahora si que las navidades se están tiñendo muy grises, cada vez más. Que no, que no tengo ganas de historias, que me dejéis sola, que se termine esto de una vez.

La decadencia, la estupidez, la inconsciencia, la simplicidad, la vergüenza… todas ellas juntas. Que ganas de no disfrutar de la vida, de no vivirla, ganas de insultar, de demostrar una superioridad inexistente. Los complejos hacen que tengas que estar defendiéndote constantemente, que no seas capaz de aceptar que a veces uno se equivoca, y que no pasa nada. No es necesario aparentar, es absurdo. Sobre todo cuando uno no está en plenas condiciones de saber lo que está diciendo, y desmesura todo, absolutamente todo.

Me afecta. Más bien me cabrea, y mucho. Es algo de lo que no puedo escapar. Y la solución a eso no es la mejor. Coger el coche con dos personas dentro y conducir a toda leche por la autovía no es lo mejor, ni que me importe una mierda los puntos del carnet llegando a 90 en ciudad. Pero me han fastidiado. No tengo la capacidad de desconectar, como parece que la tiene todo el mundo alrededor.

Llegas a casa y ni una palabra. Y el caso es que decir… no sé, joder di algo, lo que sea.

Cuando te das cuenta que algo es irremediable, que te guste o no eso será así siempre, que no está en tu mano cambiarlo, entonces es cuando tienes que decidir si lo quieres o no. Te merece la pena aguantar ahí, soportarlo, que te llegue a importar todo lo que sucede. O mejor tomas la opción de que no te importe. Esta es la más jodida, por que los sentimientos van a parte. Pero es suficiente un poquito de su parte, de la parte del otro, para que consiga ir matándolos, y de esa manera consigues ver que estas rodeada de gente que no sufre por ti. Se dedican a verse a ellos mismos, de vivir un día tras otro intentando sacar el mejor jugo para ellos, de todos, de todos los que les rodean.

Espero que ninguno de ellos espere llegar a conocerme nunca, lo tienen difícil, muy muy difícil. He puesto ya las cruces, esas que son imposibles de quitar. Y ahora, ya, ya no me callo, ya, si te sales del todo adquirido te contesto, sin problemas. Sé que gano, que os gano a cualquiera, y creo que lo sabéis, por eso no os enfrentáis.

Pero que sepáis que no necesito demostrarlo, que quizá con tres puñaladas de las vuestras aun me dejéis medio muerta, pero eso, tampoco me importa. Desde fuera os derroté, y por dentro muerta. Pero eso nunca lo sabréis, por que no llegareis a conocerme lo suficiente para saber en que puntos me duelen más las puñaladas.

Lo habéis fastidiado todo, sí. Estáis fastidiando más de lo que pensáis. Lleváis toda la vida jugando con fuego, quemándoos y curando las heridas. Pero las cicatrices están ahí, y os da igual, volvéis a las andadas. Allá vosotros, a mi me tenéis perdida ya.