viernes, 15 de junio de 2012

Profecía autocumplida

El  poder de la mente... ojala supiéramos controlarlo.


Gabriel García Márquez escribió:
Imagínate un pueblo muy pequeño donde hay una señora mayor que tiene dos hijos, uno de 19 y una hija de 14.Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación.

 Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: 'No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo'.El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar una carambola sencillísima, el otro jugador le dice: 'Te apuesto un peso a que no la haces'. Todos se ríen. El se ríe.Tira la carambola y no la hace. Paga su peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola sencilla, y él contesta: 'Es cierto, pero me he quedado preocupado de una cosa que me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suceder a este pueblo'.

Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su casa, donde está con su mama, feliz con su peso y le dice : Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es un tonto. ¿Y por qué es un tonto?, Porque no pudo hacer una carambola sencillísima, según él preocupado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea de que algo muy grave va a suceder en este pueblo. Y su madre le dice: No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces salen.

Una pariente que estaba oyendo esto y va a comprar carne y le dice al carnicero: 'Deme un kilo de carne', y en el momento que la está cortando, le dice: Mejor córteme dos, porque andan diciendo que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado'. El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a comprar un kilo de carne, le dice: 'mejor lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando cosas'. Entonces la vieja responde: 'Tengo varios hijos, mejor deme cuatro kilos...' Se lleva los cuatro kilos, y para no hacer largo el cuento, diré que el carnicero en media hora agota la carne, mata a otra vaca, se vende toda y se va esparciendo el rumor.

Llega el momento en que todo el mundo en el pueblo, está esperando que pase algo. Se paralizan las actividades y de pronto a las dos de la tarde.Alguien dice: ¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo? ¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!Sin embargo, dice uno, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.Pero a las dos de la tarde es cuando hace más calor.Sí, pero no tanto calor como hoy.Al pueblo todos alerta, y a la plaza desierta, baja de pronto un pajarito y se corre la voz: ’Hay un pajarito en la plaza'. Y viene todo el mundo espantado a ver el pajarito. Pero señores, dice uno siempre ha habido pajaritos que bajan aquí.Sí, pero nunca a esta hora.Llega un momento de tal tensión para los habitantes del pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el valor de hacerlo.

Yo sí soy muy macho, grita uno. Yo me voy. Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una carreta y atraviesa la calle central donde todo el pueblo lo ve. Hasta que todos dicen: 'Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos'. Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las cosas, los animales, todo. Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice: 'Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra casa', y entonces la incendia y otros incendian también sus casas. Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, le dice a su hijo que está a su lado: ¿Viste m'hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?









miércoles, 6 de junio de 2012

Mi vida simple

No hay mucho que contar. Bueno, igual sí, por que tú no estás enterado de mi vida, pero no tiene nada de estrafalario. Mi vida es una vida tranquila… mentira, no lo es, pero aparentemente lo es. Tiene rutinas, muchas rutinas, es inevitable con dos canijos en casa. Pero cada día es un mundo, cada día es un cúmulo de sonrisas, de gritos, de “noes” y más “noes”, de “cuidado que te caes”, “siéntate y come”… sí, como una madre, igual, todas las frases de madre las digo, me salen de una manera tan fluida que si me ves no te lo crees. Eso sí, por dentro sigo siendo complicada de narices, muy complicada. Lo cierto es que ya no tengo tanto tiempo para ello, pero hay si lo tuviera, madre mía la que podría llegar a armar. Ahora está todo tan ocupado, que no divago. Más de lo necesario, claro.


 Muchas veces me acuerdo de lo interesante y entretenida que era la vida antes, de las comeduras de tarro, los líos… pero ahora la vida es más simple. Ahora hay sentimientos burbujeando, pero de otro tipo.


Ahora los pretendientes huyen en cuanto saben que hay dos churumbeles mamando de mi. Y no me extraña, por que hay días que hasta a mi me gustaría huir de ellos, y eso que los he parido. Pero a ratos me divierto, muchísimo. Y con los dos dormidos se siente una paz, una seguridad, un amor, un sentimiento de estar haciendo las cosas bien… una cerveza y a dormirla, no quedan más fuerzas en el cuerpo.


 Estos son los dos bichos que ocupan mi cabeza, para no que no la líe.