lunes, 27 de agosto de 2007

No sabía a quien acudir. Cuando todo lo que has estado montando durante mucho tiempo empieza a tambalearse acojona. Igual debería gritar, igual debería desahogarme y soltarlo todo, pero eso, una vez, me salió mal, y me arrepentiré toda la vida de haberlo hecho, así que esta vez no, esta vez todo para mi. Como hace un tiempo, igual, no hemos avanzado nada de nada, seguimos estancados en el mismo sitio que antes. La confianza perdida, y todo al traste. La cabeza a mil, el corazón en mil pedazos y el sendero a seguir totalmente desdibujado.

Me siento cansada, agotada, desanimada, desilusionada, imbecil, engañada, sin ganas de teclear, sin ganas de contar, sin ganas de seguir, ni de parar, ni de romper con todo, ni de vivir cada día, sin ganas de dejar pasar las horas. Los días son largos y las horas pasan lentas y las noches… mientras duermo bien, pero hasta ese momento todo se viene encima.

Y sigo sin saber a quien acudir. Simplemente necesito alguien que venga a quererme. Pero estoy sola, claro, todos estamos solos, todos al final nos damos cuenta de que estamos solos. Aquel en quien suponías que podías confiar resulta que no, que te devuelve escuetas palabras de “me importa una mierda lo que te pase”. Bien, es duro tropezar con la realidad, pero lo prefiero así. Insulsas relaciones de mierda, que te hacen ver lo poquito que importa lo importante, y lo superfluo que resulta esa preocupación obligada.

Y así seguiremos, añadiendo un nuevo punto de realidad a esta vida. El hombre es un degenerado, un rastrero, un miserable. Algunos se destapan, otros no lo hacen. El amor, el amor no existe. Todo en esta vida son contratos, son intercambios, todo es mierda, que nos echamos los unos a los otros.

La importancia de la otra persona se desvanece, se pasa por el arco lo que haga falta, y el silencio es el mejor escudo. Las mentiras se atropellan una detrás de la otra, hasta que llega un momento en el que no tienes ni claro lo que es verdad y lo que es mentira. Hasta que llega un momento en que te da igual lo que sea verdad, por que todo te parece mentira.

Vivimos en un engaño continuo. ¿Quién te valora realmente? ¿Alguien crees que te ama? ¿Alguien te ha dicho te quiero alguna vez? ¿Y lo has creído? Iluso, antes o después te darás cuenta de que estas solo, nadie más que tú eres capaz de quererte, y si lo haces serás un egoísta.

¿De verdad merece la pena vivir así?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El sendero nunca está desdibujado . . . El sendero s dibuja conforme lo recorres. . . Y por supuesto, no siempre lo recorres con el mismo espíritu . . Eso es lo q hace q a veces pueda parecer desdibujado . . Pero no lo está . . Eres tú quien lo dibuja, o desdibuja, así.

Y no estás sola. . . Otra cosa es q, en este momento, no t sirva la gente q tienes . . Pero no estás sola.

Un beso guapísima . . SC

Simplemente Maria dijo...

No te rindas preciosa!
Siempre hay curvas dificiles y obstaculos en el camino... se hace interminable y el ritmo insoportable... pero sigues avanzando, consigues superarlo... y al final todo queda atrás!
Ya lo verás!!
Un abrazo muy muy fuerte!