viernes, 28 de septiembre de 2007

NO SÉ NADA DE TI

Hace tiempo que no sé nada de mucha gente. Esto puede parecer hasta cierto punto normal, ¿verdad? Pero bueno, cuando has compartido lo que yo he llegado a compartir con esas personas, te queda el regustillo del ¿Por qué nos distanciamos?

De algunos, sé que aunque ya no tenga contacto, seguramente sigan ahí si alguna vez les doy un toque. Creo que sí, creo que pondría la mano en el fuego por ti. ¿Y que pasó? ¿Tú lo sabes? Supongo que no tiene ninguna explicación, simplemente nos cansamos de escribir. Un día ambos decidimos que ya estaba bien. Que la relación había tocado todos los puntos a los que se podía llegar y ya no quedaba más que dar vueltas a la rotonda. O tal vez alguno de los dos se bajó de la locura en la que estábamos subidos y ya contar el día a día no era interesante.

Otro… de este estoy segura. Vergüenza. Esa es la causa. Y no por mi parte, por mi parte ha llegado a ser indiferencia, esa que tanto odia. Indiferencia al contacto temporal, a saber de su vida, a comerme la cabeza pensando en su día a día. Y me puse a vivir mi día a día. Nada volvería a ser lo mismo. Y ahora, ahora ya no soy tan interesante, ahora no soy reto, ni cuerpo, ni enigma, ahora sería simplemente un cojín, uno más. Pero bueno, como puedes ver, a veces me acuerdo de ti, sin ningún tipo de rencor. Nunca me arrepiento de lo pasado, y no lo voy a hacer ahora. Como se suele decir “que me quiten lo bailao”. Lo que pasó, para mí, solo para mí, muy dentro.

Los hay que prometen y se esfuman. Te hacen dar un vuelco entero a tu vida. Cuando pensabas que de todo lo que te andaba pasando solo tú tenías la culpa, resulta que no. Que aun puedes encender sin querer algún tipo de chispa. Y te ilusionas, claro que lo haces. Y te muestras reticente, pero las confesiones a desconocidos son tan excitantes que te dejas llevar. No fue para tanto, el vacío digo, no fue para tanto. De alguna manera sabía que pasaría. Y fíjate, que de ti también me acuerdo alguna vez.

Y gracias a todo esto, me doy cuenta de que he tenido delante de mí al mejor amigo que se puede tener. Tanto tiempo delante y yo, un poco cegata. Pero ahora, ahora no lo dejo escapar por nada del mundo. Ahora sé lo que es realmente tener alguien a tu lado con el que poder hablar, y en quien poder confiar. Con respeto, sabiendo que la base de todo es querernos, mucho, muchísimo, y no echar nada en cara.

Los tres primero igual leéis esto. O igual no. ¿Os imagináis? Estáis siendo nombrados en un blog perdido por Internet, por alguien que en un momento se acordó de vosotros, y os dedica unas palabras. Y es posible que ni os enteréis de ello. Es posible que todas estas palabras caigan en saco roto. Como van a caer todas las palabras que dirijo en tinta negra sobre negro para mi mejor amigo. ¿Pero sabéis cual es la diferencia? Que él, a pesar de no leerlas, las sabe, todas y cada una de las cosas que he escrito las sabe. Y vosotros igual ignorabais todo lo que he escrito. Es más, a lo mejor seguís en la ignorancia. O igual os pasáis por aquí y os da por leerme una vez más. Si es así, pensad que esto son solo unas pocas palabras de todo lo que llevo dentro. Lo primero que ha salido, sin pensar, sin releer. Como esas veces que oyendo una canción te viene a la memoria esa persona, como un flash, una imagen que pasa por tu cabeza y en una décima de segundo te planteas la enorme duda de que ni sabes como está, ni donde estará, ni si quiere saber de ti, si se acuerda de ti, si aun te tiene cariño, si te contestaría el teléfono, si serías capaz de hablar de nuevo con ella, si al verla le pegarías un abrazo… y muchas más cosas, que nuestras endiabladas mentes son capaces de pensar en tan solo un segundo.

Seguramente por eso lo escribo, para que lo leáis, y sepáis que aún me venís a visitar alguna vez.

Y no voy a terminar sin decir que no todo lo que comienza en plan confesión desconocido tiene por que llegar a su fin. También hay otros que siguen ahí. Sí, tengo uno conmigo aun. Que me quiere. Se preocupa por mí, por alguien que casi no ha visto en su vida, pero que le importa. Igual que él me importa a mí. Aunque la cosa sea difícil.

7 comentarios:

Mónica Calvo dijo...

si supieras como me veo identificada en todas tus palabras, se te pondrían los pelos de punta, como a mi al leerte :)
Que cosas...

Lhuna dijo...

Guuuaaauuu! Tú sabes la sorpresa y la alegría que me ha dado ver que tenía un comentario en el blog, y que es de eendar, esa chica que sigo por su blog desde hace muuuucho tiempo, pero a la que nunca me he atrevido a decir nada…

De verdad, todo un honor que te hayas pasado un ratito por aquí, y que te hayas parado a leerme. Muchas gracias.

Supongo que en esto de acordarse de los demás, siempre nos queda la esperanza de que a la otra persona también le aparezcamos en la cabeza de vez en cuando.

BSS

Mónica Calvo dijo...

Bueno, si por lo menos has llegado a la misma sitiación que yo, despues de las otras experiencias, me alegro mucho por ti, porque yo ahora soy muy feliz ;) Aunque nos acordemos un poquito de los demas de vez en cuando :P
Un beso grande!

hadanae dijo...

me ha encantado leerte. me lo he leido de arriba abajo y he vuelto a leerlo. me encanta la sencillez con la que lo has expresado.
besitos

Lhuna dijo...

Muchas gracias hadanae. Me alegro de que te haya gustado, según fueron las palabras a mi cabeza las fui escribiendo. :)

Me alegra verte por aquí.

BSS

eendar! otro beso para ti! :P

Anónimo dijo...

¡Qué saco roto ni saco roto!. . . Tú págate algo y verás como no t digo q no . .

Ara queso d q yastán tocados todos los puntos, no lo tengo yo muy claro . . . Joer . . Pos no s mocurren a mí puntos pa tocar . :MrGreen:


Asomando poco por aquí, pero siempre asomando, s despide

El q tú ya sabes y en realidad todo el mundo porq paso d disimular mi manera describir. .

Anónimo dijo...

Pasaba por aquí...
¿Seré? ¿No seré?
Al final, la historias terminan como comienza. ¿Seré yo? ¿No seré yo? Las cosas cambian, supongo.
Pero algunas no.
Nunca lo hacen.
Los sentimientos se embadurnan con no sé qué pátina extraña cuando los miramos con retrospectiva.
Qué palabra. Retrospectiva.
Mmmmmmmm...
¿Seré? Y qué más da.
Pero...
Es excitante saber que hay vínculos que nunca se romperán del todo.