miércoles, 16 de mayo de 2007

POESÍA

El otro día linkearon hasta mis dominios un texto sacado del “bloc de anillas”, pagina que desconocía. Me costó leerlo entero, no paraba de lucir naranja la parte inferior de mi pantalla, y como buena mujer, la curiosidad me podía. Pero el texto empezó a engancharme, denso pero interesante. De esos que aunque al principio te parecen un puro merece la pena atender. Ya sabes, la gran frase de “escucha desde el principio, u obvia hasta el final” (vale, vale… no es un gran frase y además es mía, pero seguro que si pongo un “nombre” detrás te la tragas).

“José Antonio Gamoneda”, ¿lo conoces? Yo no, para que voy a mentir, ni idea de quien es, pero le han dado el Premio Cervantes. Sus palabras por un lado son gilipolleces y por otro pueden hasta hacerte pensar. (un poco osado lo de gilipolleces, ¿no?, bueno, total, estamos entre amigos).

Este señor dice cosas como esta: “no sé lo que sé hasta que no me lo dicen mis palabras ya escritas”… no saber lo que se sabe, que situación más desesperante. Más bien yo diría que las cosas que sé no cobran una espantosa realidad hasta que no las veo escritas, o hasta que no las digo. Eso si que es cierto, por que la mente es maligna, da miles y miles de vueltas a pensamientos horrendos, impuros, guarros, estúpidos, pero hasta que no los pones en palabras no tienes realmente conciencia de su existencia.

Y del resto de frases que he leído no pienso comentar nada, son todas, como ya dije antes, gilipolleces.

Otro trocito del texto: “(…)las actividades que entontecen al que las practica. Y hablo de actividades que entontecen sin que la propia actividad tenga que ser tonta.” Esto se da en el mundo real cada dos por tres. Y quizá sea por que hay ciertas actividades que suponiendo un riesgo grande es más fácil que sean asumidas por un tonto. A ver, cuando me refiero a un tonto, me refiero justo a eso que estás pensando, sí. Ese clasismo de los que nos sentimos superiores intelectualmente (por que lo somos) a la mayoría del pueblo llano, los cuales no tienen capacidad para ocupar los puestos de responsabilidad que nosotros ocupamos, sí, ese clasismo. Pues bien, partiendo de esto, toda actividad que suponga un gran riesgo para nuestro físico es descartada de inmediato. Podremos destrozarnos las meninges, pero no soportamos hacernos ni un rasguño. En fin, que dejamos las prácticas que deberían ser admirables por su riesgo a las personas tontas, que no le dan demasiadas vueltas al tema.

Y… ¿Qué es la poesía? ¿de verdad saben los poetas lo que están diciendo? O mejor dicho, lo que quieren decir. Soy de la opinión de que si quieres contar algo, escríbelo, dilo, tal y como lo pienses, pero déjate de leches de rimas, cuartetos o pareados. Las palabras sin necesidad de su agradable sonido, son las que transmiten. Las poesías suenan bien, pero en realidad no dicen la verdad. Siempre hay que acomodar las palabras.

Tagore:La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”. Vamos a ver, ¿la melodía del universo? Alguien puede decirme cual puede ser esta melodía, alguien sabe que nos está queriendo decir. Alguien con palabras escritas con sentido puede descifrar que patochada quiere decir esta frase. Igual Gerardo Diego: “La poesía hace el relámpago y el poeta se queda con el trueno atónito en las manos, su sonoro poema deslumbrado. Creer lo que no vimos dicen que es la fe. Crear lo que no veremos, esto es la poesía”. Ummm… pues no, no dice más que tonterías de nuevo. Que sí que el juego de palabras “creer” y “crear” queda muy bien. Y lo del relámpago y el trueno y todo eso, pues también. Crear lo que no veremos, eso es la poesía… y sabes por que no lo veremos, por que materializan lo inmaterializable y espiritualizan lo inespiritualizable. Vamos, que lo único que hacen es jugar con sonidos.

Y por último, Oscar Wilde, que dice: “Un gran poeta, un verdadero gran poeta, es la menos poética de las criaturas. Pero los poetas menores son deliciosos. Mientras peores son sus versos, más pintorescos son ellos. El mero hecho de haber publicado un libro de sonetos de segunda mano hace a un hombre completamente irresistible. Viven la poesía que no saben escribir. Los otros escriben la poesía que no se atreven a realizar.

O_O

Camuflarse en palabras, saberlas colocar en su mejor posición. Todo es cuestión de aprender a hacerlo. Para esto hay reglas, como para hacer una carretera. Saber cuando un acuerdo vertical debe o no coincidir con una curva, evitar pérdidas del trazado, utilizar el radio adecuado, la curva de transición correcta, el peralte según el radio… todo está estudiado, los firmes, el tamaño de las señales… etc… que sucede, que esto no queda tan bonito, que los “poetas” no saben sacar la melodía a las carreteras.

No te dejes engañar por las palabras bien juntadas y colocadas. Busca textos que te digan cosas, aunque estén fatal escritos. Busca los textos que te transmitan, por que han sido vividos, sentidos, y te hacen sentir. Y de los demás, afirma que están bien escritos, que son bonitos, agradables al oído, pero reconoce que nada mueven en ti.

“Los otros escriben la poesía que no se atreven a realizar”

La fuente, para quien pueda interesar: http://www.lapaginadefinitiva.com/weblogs/alfredo/?p=17

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